El periodismo descubre ahora que el Barça es Messi y diez más. Antes no. Ahora. Y se abre la veda contra Valverde.
Que Josep Pedrerol nos pinte al Real Madrid como protagonista del cuento de Alicia en el País de las Maravillas mientras escupe bilis contra el Barça es normal. Lo esperado. Pero que el siervo de Florentino Pérez cuente con claca y eco entre los medios de comunicación catalanes, empieza a ser preocupante.
TV3, Sport, diversas emisoras de radio parecen haberse puesto de acuerdo para seguir la línea de Josep Pedrerol en esta crisis del Barça que tiene, como consecuencias más desastrosas, al equipo de Valverde líder en La Liga española y líder en su grupo de la Champions League. Es cierto que este Barça no encandila con su juego y que está perdiendo demasiados puntos para lo que nos tiene acostumbrados, pero algo bueno habrá hecho para mantener el liderato en las dos competiciones más importantes.
Los medios, con Pedrerol a la cabeza, han colocado a Ernesto Valverde en el centro de la diana. Él es el señalado. Mejor señalarle a él que hacer un repaso de los jugadores. Se ha abierto la veda contra Valverde. ¿Será porque no da titulares? ¿Será porque ni es ni se cree un genio? ¿Será porque no ha inventado el fútbol? El periodismo descubre ahora que el Barça es Messi y diez más. Antes no. Ahora.
La novedad es que la cabeza de Valverde no es ya solamente una distracción de Josep Pedrerol para hablar de algo que no sean las miserias del Real Madrid, que va a remolque de otros en todas las competiciones. Ahora es una opinión compartida. Hay que cargarse a Valverde. ¿Para que venga quién? La prensa quiere sangre, diseñar portadas vendedoras que Valverde no da. Que venga un genio que diga muchas tonterías y anime el cotarro. Ese parece ser el deseo. Pero no hay entrenador en el mundo que pueda garantizar éxitos. Ni Jurgen Klopp, con un currículum repleto de fracasos en Alemania y la Premier League adornado a última hora con una Champions League.
Aquí todo el mundo da por supuesto que echando a Valverde se solucionarán los problemas. Pero los jugadores serán los mismos. Para lo bueno y para lo malo. Resulta muy simplista centralizar los males del Barça en el entrenador y renunciar al análisis del rendimiento de algunos jugadores. Gerard Piqué, por ejemplo, que ante el Slavia protagonizó uno de los peores partidos de su vida. Claro, tiene a la vuelta de la esquina su negociete de la Copa Davis en París y está más pendiente de la venta de entradas y de los derechos de televisión que de frenar a los delanteros checos. El mismo que se quejaba de "mala planificación de la pretemporada porque se viajaba mucho y se entrenaba poco" es el que ahora se salta los entrenamientos para coger el avión y largarse a Nueva York a presentar su dichosa Copa Davis. Quien más tiene que callar es el que más alto grita. Pero la culpa no es suya. Alguien se lo consiente y ese no es Valverde.
Lo fácil es cargar contra Valverde. Y Pedrerol eso lo hace muy bien. Como madridista militante que es, está acostumnbrado a los ceses constantes de entrenadores en el Real Madrid (y así le va). Lo que no explica es que cuando el Real Madrid echa a un entrenador es porquer ha perdido por 5-1 en el Camp Nou o porque ha cedido 19 puntos al Barça en 38 partidos de Liga. Y este Barça está muy lejos de hacer el ridículo a ese nivel. Florentino que siga cortando cabezas, pero en el Barça se trabaja de otra manera, con más criterio.
Y mientras espera Pedrerol a que echen a Valverde para después poder decir que Bartomeu se equivocó echándole, se entretiene con que Messi no le pasa la pelota a Griezmann y con que el único que ilusiona en el Barça es Ansu Fati... porque así lo ha decidido él reunido consigo mismo.
Mejor ni pensar lo que pasaría si el Barça estuviera a 19 puntos del Real Madrid. Bueno, mejor no pensarlo porque eso es imposible. Toca quedarse con la grandeza del Barça: primero en La Liga y primero en la Champions League y nadie está contento. Hay que ser muy grande para conseguir este tratamiento. Y es por cosas así por lo que el Barça es más que un club. Otros van segundos o terceros y es como si tocaran el cielo con los dedos.
Pero de algo hay que hablar. Y de las miserias del Real Madrid no se puede. Como diría Pedro Sánchez... "¡Pues ya está!"