Benzema le ofreció a Rodrygo lanzar el penalti para redondear su excelsa actuación ante el City con un hat trick.
Karim Benzema se ganó a todos sus compañeros con un gesto que le honra y que le confiere autoridad dentro del vestuario sin necesidad de imponerla. Cae por su propio peso.
El héroe del Real Madrid-Manchester City era Rodrygo. Su salida al campo revolucionó al equipo y suyos fueron los dos goles que igualaban la eliminatoria con los ingleses ya en el tiempo de prolongación.
Por eso cuando el colegiado italiano Daniele Orsato señaló como penalti un derribo de Ruben Dias en el área al propio Benzema, éste se dirigió a Rodrygo para ofrecerle que lanzara el penalti y poder redondear así su actuación con un hat trick.
Era un lanzamiento de mucha responsabilidad, porque podía dar la eliminatoria al Real Madrid o sumirle en una depresión cuando la prórroga no había hecho más que empezar. Y Rodrygo optó porque lo lanzara Benzema, el especialista número uno de la plantilla, anteponiendo también las necesidades del equipo a su gloria particular.
Pero el gesto de Benzema queda ahí. Benzema marcó su gol número 15 en la presente edición de la Champions League, pero se mostró dispuesto a renunciar a él en favor de su compañero. Karim venía de firmar dos hat tricks recientes en esta edición de la Champions, ante el PSG en el Bernabéu y frente al Chelsea en Stamford Bridge, y un doblete en la ida frente al City.
Sin embargo, la intención de Benzema era que Rodrygo pudiera redondear su excelsa actuación con un hat trick. El detalle no ha pasado desapercibido en el vestuario y sólo ha servido para multiplicar el cariño y afecto que todos los jugadores del Real Madrid sienten por su capitán.