Visto y no visto. El FC Barcelona ha puesto a la venta este mediodía las 6.800 entradas de la final de la Champions femenina disponibles para los socios y en media hora se han agotado.
El tirón que tienen entre el barcelonismo las componentes del equipo femenino blaugrana es incontestable. Y su capacidad de convocatoria está fuera de toda duda.
Ya movilizaron a más de 15.000 personas para las finales de Turín y Eindhoven y lo de San Mamés, sede de la final de la Champions League femenina de este año, puede ser apoteósico.
La UEFA agotó en una hora su cupo de entradas. Y el Barça ha necesitado solo media hora para distribuir las suyas entre los socios, aunque quedan más para peñas y compromisos.
La UEFA aparta a los aficionados de la final de la Champions femenina
Se espera que San Mamés sea una fiesta blaugrana, aunque convendrá no cantar victoria antes de hora. El rival, el Olympique de Lyon, es el único equipo que ha sido capaz en el pasado de pararle los pies a las chicas de Jonatan Giráldez.
El club ha enviado un email a las doce del mediodía avisando a los socios de que se abría el proceso de venta de las entradas de la final europea femenina. A las doce y media no quedaba ni una.
Luego se ha sabido que la tecnología no ha funcionado y que a las entradas, contrariamente a lo anunciado, tenían acceso por igual socios y no socios. De hecho no se pedía en el formulario ninguna credencial que demostrara la pertenencia al club.
Son muchos los barcelonistas que se han quedado sin entrada y con las ganas de acompañar a sus deportistas en la cita de San Mamés. Solo les queda esperar a que la UEFA ponga a la venta otro paquete de las entradas que se autoadjudica.
Resulta llamativo que en un recinto con aforo para 53.000 plazas los clubes reciban 9.000 entradas. De 18.000 a 53.000 van 35.000. ¿Tantas necesita la UEFA para quitarle la ilusión a los aficionados de verdad que querían asistir al partido?
En el Barça calculan que las peticiones de entradas podrían llegar a las 100.000.