Sorprende que Joan Laporta, que aseguró en su día que la continuidad de Messi la resolvía él con un asado, mostrando así su capacidad de seducción, se haya ahogado con la resolución de un problema menor como es el caso Dembélé. En su segunda etapa Laporta ha perdido capacidad de seducción... y trabajo. Desde el 20 de enero el club no ha movido un dedo para desencallar la situación del jugador francés esperando que el tiempo corriera a su favor.
Laporta ha reconocido hoy que "desgraciadamente sus agentes no han aceptado la propuesta de renovación y estamos en un callejón sin salida y espero que se resuelva a favor de los intereses del club pero tampoco quiero que el jugador salga perjudicado". Y ha admitido que "la propuesta expiraba el 20 de diciembre. Desde entonces no hay propuesta".
Dembélé puede conseguir que Xavi dimita y deje plantado a Laporta
Es decir, que, sabiendo lo que se le venía encima, el club no ha movido un dedo para desencallar el problema desde el día 20 de diciembre. No han hecho los deberes. La última propuesta es del 20 de diciembre. Desde entonces nadie ha movido ficha. En la negociación se aprecia soberbia en ambos bandos. En el de Dembélé, conscientes de que tenían la sartén por el mango. En el Barça, convencidos de que Dembélé acabaría cediendo y aceptando la propuesta de su maravilloso proyecto.
Las virtudes del proyecto de Laporta consiguieron engatusar a muchos en su primera etapa presidencial, pero a estas alturas nadie cae postrado ante las virtudes de su nuevo Barça.
Y resulta especialmente grave cuando el presidente insiste en que "Dembélé es mejor que Mbappé" y el entrenador le considera "el mejor del mundo en su posición". ¿No valía la pena luchar por buscar una solución? Parece ser que no. Un presidente, un vicepresidente, un director deportivo, un secretario técnico, un adjunto al presidente, un acompañante del presidente... Muchas personas para trabajar y ninguno lo ha hecho, perjudicando así los intereses del club, que no puede perder, sin un euro de ingreso, a un futbolista que costó 140 millones y que, además, "es mejor que Mbappé". Han jugado con el patrimonio del club.
Ellos no han hecho su trabajo y ahora ponen todos los focos sobre Xavi Hernández para que se baje los pantalones y acepte obediente las órdenes de quienes no han sabido trabajar el tema para evitar esta triste situación final. Jordi Cruyff, el hijo del amigo del presidente que cobra del Barça sin saberse exactamente en concepto de qué, ya le ha avisado a Xavi: "el entrenador tiene que tomar la decisión que considere teniendo en cuenta el día de hoy y el de mañana".
Xavi Hernández, que fichó por el Barça pagando de su bolsillo la mitad del coste de su cláusula de escape, tiene que ejercer el pluriempleo haciendo de técnico, de portavoz del club y de negociador... mientras los que cobran llevan desde el 20 de enero sin mover un dedo para solucionar el problema Dembélé, que ya no es suyo. Es de Xavi.