Lo recordaba Zinedine Zidane el otro día: "Con el gol del Barcelona en el clásico, estábamos a 13 puntos del liderato, ahora estamos a cuatro. Todo puede pasar". Y esta tarde, después de arrollar al Getafe, el Real Madrid se va a dormir a un punto del Barcelona y echándole el aliento y la presión añadida que supondrá para los culés afrontar el partido ante un Valencia renacido sabiendo que el Real Madrid no afloja y ya le está pisando los talones a sólo un punto. Los dos goles del Real Madrid en el Camp Nou convirtieron la desventaja de 13 puntos en siete. La Real Sociedad echó una mano y ayudó a dejarla en cuatro. El Madrid ha hecho sus deberes en Getafe -lleva siete partidos seguidos con victoria- y mañana puede ser el Valencia quien deje la Liga en un pañuelo si consigue sorprender a un Barça nervioso y acosado por sus propios problemas internos. Curiosamente, hace un mes todos daben en el Real Madrid la Liga por perdida. Desde el presidente hasta el utillero. Y no porque pensaran que el equipo blanco sería incapaz de ganar todos sus partidos, sino porque nadie confiaba en que el Barcelona pudiera venirse abajo. Y se ha venido abajo. El clásico le dejó tocado y podría ocurrir que la eliminación de la Champions a manos del Atlético le haya dejado hundido. Mañana saldremos de dudas. El Madrid, de momento, ha hecho lo que tenía que hacer: sumar los tres puntos. Mañana, a las 18:15, a esperar lo que hacer el Atlético, que recibe al Granada; y el Barcelona, que juega ante el Valencia en el Camp Nou a las 20:30. Si en tres jornadas el Barcelona es capaz de dejarse escapar ocho puntos, tampoco parece tan descabellado que en seis pueda perder cinco más. Todo es posible, especialmente si está el Real Madrid por medio.