Esto no acabará bien. El entorno de Ousmane Dembélé recurre a la amenaza para hacerse valer. Su agente Moussa Sissoko no acepta presiones del FC Barcelona y desea imponer sus caprichos sobre los intereses del club.
Dembélé está en su derecho de no renovar por el FC Barcelona si tiene una oferta mejor. También está en su derecho de no aceptar su salida del club en el mercado de invierno y de agotar el contrato que le vincula al FC Barcelona hasta el 30 de junio. Pero Dembélé sabe que el club también está en su derecho de no considerar de utilidad su aportación al equipo y dejarle en la grada hasta el 30 de junio. Nadie lo puede impedir si Dembélé cobra religiosamente su contrato.
Para el Barça mantener seis meses en la grada a Dembélé sería aproximadamente repetir la experiencia que se ha venido produciendo desde que el jugador llegó al Camp Nou: una lesión detrás de otra. Sería como si Dembélé estuviera lesionado hasta el 30 de junio. Una situación habitual y familiar en el Barça. El Barça ya se ha acostumbrado a pagar a Dembélñé sin recibir nada a cambio. Apenas unos pocos destellos.
A Dembélé y su agente ha llegado la amenaza del club de dejarle en la grada si no se atiene a razones. Y han respondido con otra amenaza que pasa por no aceptar presiones del club, según anuncian en la Cadena SER.
Dembélé no tiene ninguna duda. Ha decidido ya su futuro que, según la misma fuente, estará en la Premier League a partir del próximo 1 de julio. Y no quiere oír hablar de dejar el Barça antes de esa fecha. Pero tampoco quiere oír hablar de que le castiguen con el banquillo o la grada hasta ese momento. Lo quiere todo.
"Tenemos la sartén por el mango", le ha dicho Sissoko al club según informa la SER. Sostiene el agente que ya que el club no fue capaz de cerrar su renovación antes del 31 de deiciembre, ahora ellos tienen la potestad de decidir su futuro en tiempo y forma.
El asunto promete emociones fuertes porque puede acabar con el idilio que viven Laporta y Xavi Hernández. Es cierto que el técnico se siente muy decepcionado con el jugador después de largas sesiones intentando hacerle entrar en razones. Pero Dembélé hace lo que le dice su agente, que necesita verle fuera del Barça para cobrar una importante prima de fichaje (20 millones) que no se llevó cuando el Borussia Dortmund le vendió al Barça por 140 millones.
Y Xavi es partidario de que, acabe el tema como acabe, Dembélé debe seguir jugando en su once titular. Esa decisión choca frontalmente con la opinión del presidente, que se considera engañado y que no quiere entrar en más provocaciones. Su estrategia pasa por dejarle en la grada hasta que concluya su contrato. Y si eso le impide jugar el próximo Mundial de Qatar, mejor.
Laporta tenía puestas grandes esperanzas en Dembélé, convencido como estaba de que aceptaría una ampliación de su contrato. El club se siente perjudicado y dañado en sus intereses y busca una respuesta ahora que aún está a tiempo... si Dembélé insiste en seguir en el Barça hasta el 30 de junio, algo que Laporta quiere evitar.
Parece inevitable que el paso de Dembélé por el Barça será recordado como tóxico. No rindió de acuerdo a lo que se pagó por él y no sólo no se siente en deuda, sino que pide más y más perdjudicando los intereses del club. El club le abre la puerta para que se vaya si no es feliz, pero él no da el paso y quiere seguir cobrando del Barça hasta el último euro de su contrato .
La última exigencia de Dembélé al club, que ha sido rechazada, es: 40 millones de prima de fichaje (20 para él y 20 para su agente) y 200 millones en salario durante cinco temporadas. Estas cantidades el Barça sólo las puede pagar por un valor contrastado como Haaland. Nunca por un jugador que a mitad de temporada lleva anotado... ¡un gol! Y ante el Linares.