Joan Laporta concedió una entrevista a La Vanguardia el 20 de junio en la que aseguró que el Barça haría tres o cuatro fichajes más que se añadirían a los ya realizados entonces. Ni rastro de ellos a una semana del cierre del mercado de fichajes.
“Vamos a hacer un equipo muy competitivo. Ya lo estamos viendo con las incorporaciones de Eric García, Agüero y de Emerson y de otros jugadores que están a punto. Pero llegarán tres o cuatro fichajes más antes de cerrar la plantilla".
No ha llegado nadie. De hecho no han habido fichajes entre otras razones por la incapacidad de su equipo de asesores a sueldo para aligerar la plantilla eliminando a los elementos con los que no cuenta para nada el entrenador.
Laporta se ha acostumbrado a engañar peligrosamente al personal, a vender humo. Así llegó a la presidencia del Barça, prometiendo a Beckham cuando ya había fichado por el Real Madrid.
Luego logró su segundo mandato convenciendo al barcelonismo de que él era el único candidato a la presidencia que podía conseguir que Messi continuara en el Barça.
Habló de fórmulas imaginativas y de pamplinas por el estilo. Messi no está. Umtiti y Pjanic, por ejemplo, ahí siguen. Y de los fichajes prometidos, ni rastro.
Lo que sí se sabe es que nunca como hasta ahora el presidente del Barça ha estado tan sometido a los caprichos de Florentino Pérez, que ha aplaudido con las orejas la marcha de Messi, por lo que de debilitamiento supone para el Barça y porque su llegada a París abre la puerta de salida a Mbappé.
En realidad, lo que Laporta ha conseguido es que el Real Madrid del nadaplete esté más cerca que nunca de fichar a un crack de verdad que arregle su penoso rendimiento de los últimos años.