Laporta no ha conseguido convencer a Frenkie De Jong por la vía del diálogo y ahora es la calle la que le acosa con insultos para que se harte y se vaya.
La cuerda se ha tensado tanto que el problema Frenkie De Jong se le ha escapado de las manos a Joan Laporta y a su equipo de fieles escuderos que merecen un aplauso. Dentro del pulso que mantiene el club con el futbolista neerlandés, el último capítulo es el de echarle encima a la masa aborregada.
Ya sucedió con Ronald Koeman, que vivió momentos de pánico en su coche después de una derrota, a la salida del estadio, con su mujer dentro. Poco después el técnico dimitió. Parece que la historia se repite con su compatriota Frenkie De Jong, que se aferra al Barça con los mismos argumentos que esgrime Laporta para presumir de fichajes.
Como le sucede a Lewandowski, a Raphinha, a Koundé, a Kessié o a Christensen, a Frenkie De Jong le seduce el contrato que en su momento le ofreció el Barça para que lo firmara. Y le seduce también pertenecer a este club grande e histórico. Y vivir en Barcelona, junto al mar. Y disfrutar de sus excelencias. Frenkie no es diferente a Lewandowski. Le gustan las mismas cosas.
Y Lewandowski reaccionaría igual que él si un día le dijeran que tiene que irse incumpliendo el contrato que tiene firmado o si le obligaran a rebajarse el salario. ¿O es que hay alguien que crea que las nuevas incorporaciones del Barça han llegado por amor a sus colores?
Probablemente, Frenkie De Jong es más culé que todos ellos por la ascendencia que el Barça ha tenido siempre en Países Bajos gracias al elevado número de futbolistas holandés que han desfilado por el Camp Nou en los últimos años.
Pero Laporta ha visto en Frenkie De Jong la solución (aunque no suficiente) a sus problemas vendiéndole al Chelsea por 80 millones. Ni siquiera así, debilitando al equipo, el Barça resolvería sus problemas con el límite salarial.
Pero el tema ha llegado a la calle y los aficionados más radicales han entendido el mensaje de Laporta y su equipo de asesores. Hay que acosar a Frenkie De Jong hasta que se canse y decida marcharse. Por la vía del diálogo no han sabido. Ahora es la calle quien debe echar a Frenkie.
Las imágenes que circulan por las redes sociales son lamentables.
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