La frase es suya. Fue lo primero que se le ocurrió cuando se sometió a las preguntas de los informadores al término del Gales-Austria, algo que nunca ha hecho después de los partidos del Real Madrid. "Es repugnante, deberían sentirse avergonzados", dijo.
Fue la respuesta de Bale cuando le preguntaron si con su partidazo y sus dos goles había querido mandar algún mensaje a sus críticos en España. "Es repugnante, deberían sentirse avergonzados". Y lo dice él.
Lo que es repugnante es que con la baja de Benzema, su entrenador, Carlo Ancelotti, no pueda disponer de él, el futbolista más caro de la plantilla, porque tiene molestias en la espalda que, sin embargo, no le impidieron entrenar con Gales con plena normalidad 24 horas después.
Lo que es repugnante es que Bale no fuera al Bernabéu a animar a sus compañeros en el clásico porque era más importante hacer la maleta para largarse a Gales.
Lo que es repugnante es que cobrando 32 millones al año sólo haya disputado un partido con el Real Madrid esta temporada.
Lo que es repugnante es que Gareth Bale admita que lo único que le preocupa es su selección, desentendiéndose de lo que ocurra en el club que le paga.
Lo que es repugnante es que Bale se desentendiera del liderazgo del Real Madrid que le correspondía al salir Cristiano Ronaldo de la plantilla.
Lo que es repugnante es tener la desvergüenza de fotografiarse con la polémica pancarta: "Gales, gol, Madrid. Por este orden".
Lo que es repugnante es que a un tipo como Bale se le pueda llamar profesional y no "vividor".
Lo que es repugnante es que uno de los futbolistas mejor pagados del mundo responda a su club celebrando sus suplencias porque así puede jugar a golf.
Lo repugnante es que haya marcado en 4 partidos con Gales los mismos goles que en sus últimos 35 partidos con el Real Madrid.
Lo que es repugnante es que después de nueve años en Madrid sólo separa decir en castellano: "gracias".
Y lo más repugnante es que, si no es feliz ni está a gusto en el Real Madrid, se empeñara en agotar su contrato descartando las ofertas que llegaron por él.
Gareth Bale debería sentirse avergonzado por ser como es.