El Barça ha vuelto a la peor versión de la era Xavi con un partido decepcionante, espeso y falto de chispa en la ida de los octavos de final de la Europa League. El Galatasary se ha limitado a defenderse con orden y le ha sido suficiente para mantener al Barça a raya.
Xavi no se ha tomado muy en serio el partido y ha dejado en el banquillo a Piqué, Busquets, Dembélñe y Aubameyang. Ante la inoperacia global de la primera mitad, ha colocado a los tres primeros de entrada en la segunda mitad. Y luego ha sacado a Aubameyang. Pero no ha sido suficiente, con los titularísimos el Barça tampoco ha funcionado.
Solo Adama y Pedri daban señales de vida. Los demás, espesos y torpes. Incapaces de encontrar el camino del gol ante un rival muy bien ordenado. Sólo resta esperar que, como sucedió ante el Nápoles, el Barça sepa reaccionar en el partido de vuelta, aunque ante los italianos el Barça disparó una veintena de veces a puerta. Hoy apenas ha creado peligro. Y hasta Dembélé y Aubameyang se han contagiado de la mediocridad general.
Ha sido el peor partido de la era Xavi y deja en el ambiente muchos interrogantes que deberán ser despejados de forma inmediata el próximo domingo ante Osasuna.