Con su retorno al Camp Nou, Dani Alves ha conseguido contagiar su optimismo, alegría y vitalidad al barcelonismo. Ha llegado al club como Pau Gasol, con un salario mínimo, pero con la idea de conseguir en un equipo de elite la forma física que le permita disputar el Mundial de Qatar, que se celebrará en noviembre del próximo año.
Alves se ofreció a Joan Laporta, éste consultó con Xavi y dio luz verde a su fichaje a coste cero después de obtener la bendición de su nuevo técnico. Su cláusula de rescisión será de 100 millones de euros, pero su salario será el más bajo de la plantilla. No llegará al millón de euros en el mejor de los casos con pluses y bonus por partidos jugados y títulos.
Pero de Dani Alves no sólo se espera rendimiento en el campo, el que no han dado los ocho laterales fichados en los cinco últimos años para cubrir su posición. Laporta tiene para él planes más ambiciosos.
En las conversaciones previas al acuerdo para regresar al Barça que mantuvo Alves con Laporta, le garantizó al presidente que, además de transmitir al vestuario el carácter ganador y optimista que le caracteriza, se ve capaz de recuperar la mejor versión de su amigo Philippe Coutinho, compañero de selección durante muchos años y con quien mantiene una excelente relación de amistad.
Alves está convencido de que el Barça aún está a tiempo de disfrutar del Coutinho que fichó del Liverpool por 140 millones siendo una de las grandes estrellas de la Premier League. Y Laporta le ha puesto deberes para que lo consiga. O para bien del Barça en la parte deportiva o para bien del Barça en el apartado económico. El Nacional apunta que el objetivo sería mejorar el rendimiento de Coutinho para intentar sacar 50 millones por él en el mercado de verano.
Dani Alves acepta el reto y se ha propuesto triunfar en el Barça y hacerlo acompañado de Coutinho en un papel estelar, algo que a día de hoy no se ha visto en el Camp Nou.