Nuevo capítulo en el serial del fichaje de Marco Verratti por el FC Barcelona. Después de pasar unos días en Ibiza con una oreja puesta en el teléfono para estar en contacto con su representante, el centrocampista italiano del PSG fue citado con el máximo dirigente del Paris Saint Germain, Nasser Al-Khelaifi, para hablar sobre su futuro en la capital francesa después de que la reunión entre Donato Di Campli y los emisarios del club galo no terminara bien para la entidad parisina. Es por eso que el medio pretendido por el Barça puso rumbo hacia Francia para la esperada cumbre.
Una cumbre que, por ahora, no ha solucionado nada: las posturas siguen siendo las mismas, con el presidente del PSG cerrado en banda ante un posible traspaso al Barça y con Marco Verratti asegurándole en persona al mandatario que su deseo y sueño es fichar por el club blaugrana. Al-Khelaifi quería oír del mismo jugador su voluntad de marcharse, y tras hacerlo le comunicó que no le dejaría ir por nada del mundo.
El resultado de la cumbre deja al futbolista en un dilema importante y que puede marcar el desenlace del 'culebrón': Verratti puede seguir trabajando en silencio o bien plantarse, forzar su traspaso con unas declaraciones públicas, y si es necesario declararse en rebeldía y no asistir el próximo día 4 al inicio de los entrenamientos del PSG. Una decisión extrema, pero a la que el italiano está dispuesto a recurrir si no se escuchan sus argumentos.
Por otro lado, el centrocampista espera que el Barça suba una marcha más por su traspaso, y dé un paso al frente para convencer a su interlocutor de que ambas partes están condenadas a entenderse. Todavía queda mucho verano.