Zinedine Zidane resumió el año que está próximo a acabarse con una frase perfecta: “Este año 2016 ha sido la hostia”. No le falta razón. Llegó a un Real Madrid en la penumbra tras un bochornoso y turbio paso de Benítez, y ha logrado devolver al conjunto blanco al sitio que le corresponde. Lo ha situado en lo más alto del panorama internacional, ganándose el respeto de todos y callando a los detractores. Desde el 4 de enero, día en que cogió las riendas del equipo, todo han sido éxitos. En los pocos meses de su primera temporada, se alzó con la Champions League y estuvo a nada de birlarle La Liga a un Barça que las pasó canutas para cantar el alirón, con victoria en el Clásico del Camp Nou incluida. Después de eso, en su segunda temporada, ya desde el principio, ha seguido dando lecciones al personal. Supercopa de Europa y Mundial de Clubes al saco y líder del campeonato doméstico a seis puntos del eterno rival. Encima su bloque parece invencible. Ha disputado 53 partidos ya de blanco, con un balance arrollador: 40 victorias, 11 empates y únicamente 2 derrotas.
No solamente gana copas, sino que también deja atrás registros históricos. Zidane está en medio de una impresionante racha de 37 encuentros sin perder sumando los dos que acaba de añadir en Japón. Le quedan otros dos para igualar la marca de Luis Enrique de la temporada pasada. Y los hay que dirán que es suerte.
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