Cristiano Ronaldo está haciendo todo lo posible e imposible para llegar a tiempo de enfrentarse en el Bernabéu al
Manchester City y colaborar con sus compañeros en la tarea de alcanzar la final de
Milán que colocaría al equipo blanco a las puertas de
La Undécima.
Una vez decidido el diagnóstico de su lesión, una rotura fibrilar en el bíceps femoral izquierdo de 1,5 centímetros, el crack portugués se ha propuesto poner todo de su parte para poder participar como protagonista en la noche mágica que vivirá el Bernabéu el próximo miércoles.
Cristiano se ha sometido a un plan específico de recuperación cuyo objetivo es aprovechar los minutos al máximo para que el crack portugués pueda llegar al miércoles recuperado, o al menos sin riesgo de recaer o agravar la lesión en caso de recaída.
Cristiano acude por las mañanas a Valdebebas para realizar ejercicios de gimnasio y carrera en la cinta, junto a
Arbeloa y Benzema, que tampoco se ha desplazado a
San Sebastián y no jugarán esta tarde ante la
Real Sociedad. Luego almuerza, como refleja la foto que ha colgado en Instagram: arroz a la jardinera y carne con verdura. Y por la tarde, en el gimnasio particular de su casa,
Cristiano sigue machacándose siguiendo las instrucciones de su fisioterapeuta particular
Joaquín Juan., hasta el fin de fiesta que concluye en la piscina de su casa de La Finca: 30 minutos haciendo largos en un agua esterilizada con radiación ultravioleta para evitar los efectos perjudiciales del cloro.
La natación le permite relajarse después del trabajo al que ha sometido su musculatura durante el día y descontraer los músculos.
Cristiano Ronaldo no descansa. Trabaja más que nunca para ponerse a punto y solucionar su lesión antes del miércoles. Por nada del mundo quiere perderse la cita del Real Madrid con la Champions League.