El PSG pagó 222 millones por Neymar hace seis años y le considera ya amortizado a sus 31 años. Desde París llegan informaciones que aseguran que Neymar está en el escaparate del mercado y que el PSG está dispuesto a venderle por 100 millones.
Pero Neymar tiene contrato firmado con el PSG hasta 2026 (tendrá entonces 35 años) y un salario garantizado de 40 millones netos por temporada. El club parisino está negociando ahora la renovación de Leo Messi que, unida a la de Mbppé, convierten a Neymar en prescindible por no decir que sobra en la plantilla parisina.
No caben tres gallos en el mismo gallinero y, tras el Mundial realizado por Messi y Mbappé, está claro que el que lleva las de perder es el brasileño.
El pasado verano el PSG pedía 150 millones por Neymar a los agentes que se acercaron a preguntar. El Barça hizo un tímido intento, pero el PSG no se movió de los 150 millones, una cifra que no estaba al alcance del club azulgrana, al menos en ese momento.
Ahora Neymar está de rebajas, y Mbappé presiona a Nasser Al-Khelaifi para que cambie al brasileño por su amigo Ousmane Dembélé en un intento de ampliar el cupo de jugadores franceses en la plantilla y ganar adeptos para su causa en un vestuario que dominan los hispanos, con Messi, Neymar y Sergio Ramos a la cabeza.
Y en los despachos del Camp Nou, en donde conocen ya los planes del PSG, se aprestan a recibir la oferta francesa y a recordar que la cláusula de rescisión de Dembélé no es de 50 millones, sino de 100. Es el precio de la operación, que serviría de alivio para aportar músculo a las arcas del club aligerando masa salarial que permitiría al club azulgrana adaptarse a la normativa del fair play financiero.
Por otra parte, el PSG saldría ganando también con la operación. Cambiaría a un jugador por otro a coste cero, lo que entra por lo que sale, se sacaría un problema de encima y rebajaría su masa salarial, dado que Dembélé no cobraría, ni de lejos, los 40 millones que percibe Neymar.
El gran problema es que Neymar no aceptará salir del PSG si en su nuevo destino no le igualan su actual salario. Y eso va a ser difícil teniendo en cuenta su fama de conflictivo, su edad y un rendimiento que, al menos en el PSG, no garantiza éxitos internacionales.