El diario Sport se ha sacado la careta. Puede más su apego hacia Pep Guardiola, Cruyff, Laporta y ese sector del barcelonismo que no sabe dar un paso sin mentar al maestro Cruyff que su afinidad hacia el presidente más votado de la historia del club, mal que les pese.
A diferencia de la prensa de Madrid, controlada directamente desde los despachos de Concha Espina, la de Barcelona no vive arrodillada ante los caprichos del presidente del Barça. Y eso es bueno. El sentido crítico siempre es positivo. Otra cosa es que se presente Pep Guardiola, su hermano y hasta Carles Puyol para desmantelar en plan cuatrero la cantera del FC Barcelona, llevándose a sus mejores perlas y eso, para el diario Sport, sea motivo de crítica para quien sufre el atropello y de felicitación para quien perpetra el saqueo.
La conclusión para Sport es que "el Barça paga muy caro la falta de un proyecto deportivo atractivo y una propuesta económica solvente" y ofrece la idea, para solucionar las fugas, de pagar a los chavales de la cantera como si fueran profesionales para evitar la desbandada. Y todo esto después de la sanción de la FIFA por un tráfico de menores que penaliza al Barça, pero no a los demás.
Hasta el director de Sport se posiciona contra el Barça y a favor de los saqueadores, en este caso Pep Guardiola y Carles Puyol, responsables de la marcha de Eric García al Manchester City: "Es paradójico que el Barça lleve décadas buscando central y que justamente cuando es capaz de fabricar uno en sus categorías inferiores se lo lleve la competencia". Al menos Ernest Folch, director de Sport, se atreve a llamar a Carles Puyol y Pep Guardiola por su nombre: "competencia" del Barça. Pero, por supuesto, defensa a ultranza a Pep Guardiola, el mismo que puede llenarse los bolsillos con dinero sucio de Qatar a diferencia del Barça, cuyos valores le impiden seguir su ejemplo: "Hay quien acusó de traidores a Carles Puyol y a Iván de la Peña, sus representantes, y como siempre Pep Guardiola era el malo de la película para los sospechosos habituales: ya se sabe que en ciertos entornos el deporte favorito es el autoodio". Y no, para Sport, Pep Guardiola no es el malo, sino el bueno de la película. El autoodio nos lo organizamos nosotros mismos mientras el excelso Pep lanza pétalos de flores sobre el Camp Nou, su casa (o eso dice).
Y sigue: "El Barça puede escudarse en mil excusas, pero debería hacer una profunda autocrítica si no quiere que se repitan casos como el de Eric García"... "Debería, por ejemplo, empezar a plantearse pagar primas especiales a estas edades, porque así lo pide el mercado, y lo que ya es insostenible es competir en inferioridad de condiciones con otros clubs. Debería también cuidar al jugador y a su entorno con un diálogo constante, y no solo cuando ya tiene un pie y medio fuera del Barça, como ha sido el caso"... "Exponer como único argumento que Puyol y Pep son nuestros enemigos públicos es una cortina de humo, por cierto muy infantil, y una burda maniobra para ajustar cuentas".
Es posible que el único argumento no deba ser considerar a Puyol y Pep como enemigos públicos. Seguramente. Pero ambos se han comportado como enemigos públicos. Aunque Sport babee con su sombra y prefiera servir a los intereses que ahora guían al Manchester City y les tenga por "amigos públicos" justificando sus travesuras. Pues nada, ahora sólo resta comprobar cómo Sport, si sigue en pie este director, jalea los éxitos futuros de Eric García en un club que se caracteriza, con Guardiola y sin él, por sacar el talonario indiscriminadamente para cerrar el paso a sus propios canteranos y jugar sin ingleses. Alguien deberia decirle al chaval, Eric García, que se prepare y que no se crea todas las mentiras que le han explicado. Si en el Barça lo tenía difícil para llegar al primer equipo, en el City más. Y si no, que se lo pregunte a Claudio Bravo. O a Jesús Navas o a Nolito, llegados todos ellos a Manchester a golpe de talonario y ya talluditos.
En Sport son felices porque el Manchester City se ha llevado a una perla del Barça. Y se lo han llevado los "amigos públicos" del Barça. Los enemigos se quedan aquí. Son los que no han cubierto de oro al chaval... sencillamente porque no tiene edad y no toca maleducarle de forma prematura. Y fomentar el mercantilismo en chavales de 16 años es tanto como faltarle el respeto a los valores del Barça. Pero, claro, estos no son del Barça. Son del Manchester City. Visca Guardiola! Igual que tiene licencia para forrarse con el dinero de Qatar ejerciendo de embajador de una candidatura corrupta, también disfruta de barra libre para desmantelar la cantera del Barça. Con amigos así, ¿quién quiere enemigos?