Hacía ya 22 años que los futbolistas del equipo de Catar no se alzaban con el mayor trofeo de su continente, la AFC, la que da acceso a jugar el Mundial de Clubes del que podrán disfrutar en Japón. En tierras niponas se enfrentarán al mejor equipo de Europa, el Futbol Club Barcelona, lo cual siempre es un orgullo para cualquier equipo asiático.
Pero ganarlo no fue fácil. El hecho de no conquistar el campeonato liguero desde hace cuatro años obligaba a los cataríes a jugar una fase preliminar. En ella, tuvieron que jugar semifinales y final. Al primer equipo al que tuvieron que derrotar, el Al Ittihad de Arabia Saudí, lo despacharon con un 5 a 1. A los finalistas, los indios del Dempo SC les vencieron con un 2 a 0.
Una vez incluido el conjunto en el Grupo B de su particular Champions, arrasó con 10 puntos, liderando la clasificación ante el Al Nasrl, el Pakhtakor y el Esteghlal, de Arabia Saudí, Uzbekistán e Irán.
Cuando los de Fossati llegaron a octavos, que se disputaron a partido único, ganaron al Al Shabab saudí por 1 a 0. La curiosa ronda de cuartos de final dio un 3 a 0 a los de Catar frente a los iraníes del Sepahan, cuando estos últimos realizaron una alineación indebida. Quienes cometieron la incorrección ganaron la vuelta (2 a 1), pero fue insuficiente para eliminar a los contrincantes del Barça.
Las semifinales contra los surcoreanos del Suwon Bluewings consiguieron infundar el temor en el cuerpo de los aficionados del Al Sadd, quiene vieron vencer a su equipo en la ida (0 a 2) pero perder en casa en la vuelta (0 a 1).
Ya en la final, los blancos tuvieron que llegar a los penalties contra otro equipo de Corea del Sur, el Jeonbuk Motors, que se avanzó en el marcador, vio como el Al Sadd remontaba y acabó forzando los penalties con el 2 a 2.
En el Mundialito, con un juego sobresaliente, los de Fossati han derrota al Espérance tunecino con dianas de Al Khalafan y Koni (2 a 1).
Así se gana el pase a las puertas del cielo. Tras un camino lleno de obstáculos.