El 30 de septiembre de 2025 no será un día cualquiera para miles de trabajadores en un estado del sur de Estados Unidos. Ese día, el salario mínimo subirá de 13 a 14 dólares por hora. Este ajuste, parte de la Enmienda 2 aprobada en 2020, prevé subidas anuales hasta llegar a 15 dólares en 2026.
El objetivo es claro: que el sueldo de los trabajadores crezca al mismo ritmo que el costo de vida. La medida beneficiará tanto a quienes trabajan a tiempo completo como a tiempo parcial, protegiendo a un amplio grupo de empleados frente a la inflación.
El contraste con el resto del país
Mientras este estado avanza, el salario mínimo federal sigue estancado en 7,25 dólares por hora desde 2009. En casi dos décadas, los precios de la vivienda, la comida y los servicios se han disparado. El poder adquisitivo se ha reducido, obligando a muchos trabajadores a buscar más de un empleo para sobrevivir.

La diferencia entre lo que se paga aquí y lo que establece la ley federal es enorme. Aunque el Congreso no suba la cifra nacional, más estados ajustan su salario mínimo para retener talento y asegurar un nivel de vida digno.
Quién gana y cómo impacta
Este incremento lo aplicará el Departamento de Oportunidades Económicas, en cumplimiento con la Ley de Normas Laborales Justas (FLSA). Esto significa que prácticamente todos los trabajadores del sector privado entran en la medida: desde empleados de supermercados hasta personal de hostelería.
Incluso quienes reciben propinas verán un cambio positivo: su salario base subirá a 10,98 dólares por hora. Aunque pueda parecer un aumento modesto, el impacto anual es considerable. Para un empleado que trabaja 40 horas semanales, el cambio supone unos 2.000 dólares adicionales al año antes de impuestos.

Además, el incremento tiene un efecto secundario beneficioso: mejora el consumo interno. Más dinero en el bolsillo de los trabajadores significa más gasto en comercios, restaurantes y servicios locales.
Camino a los 15 dólares y más allá
El aumento a 14 dólares no es el punto final. Desde 2021, el salario mínimo ha crecido un dólar cada año, y el plan sigue en marcha hasta 2026. Ese año, alcanzará los 15 dólares por hora, una cifra que se sitúa entre las más altas del país.
Este tipo de política salarial no solo busca mejorar el nivel de vida de los trabajadores, sino también reducir la desigualdad y dar estabilidad a la economía local. Con sueldos más competitivos, se espera que disminuya la rotación laboral y aumente la productividad.
En un momento en que el debate sobre el salario mínimo federal sigue bloqueado, este estado ha decidido no esperar. Y con cada incremento, envía un mensaje claro: el trabajo debe valorarse, y una hora de esfuerzo merece un pago justo.