Al polémico arbitraje de Soto Grado en el Clásico se suman nuevos detalles que generan más desconcierto. Por ejemplo, la presencia de Florentino Pérez en el túnel del Bernabéu departiendo con los árbitros.
El detalle lo apunta hoy Mundo Deportivo, que habla de sorpresa mayúscula de jugadores y cuerpo técnico barcelonista al comprobar lo que estaba sucediendo en el túnel de vestuarios del Bernabéu.
Florentino, con los árbitros. Laporta, en el palco
Allí se encontraba Florentino Pérez en los instantes previos al partido. Bajó a animar a sus futbolistas, y aprovechó para conversar con los árbitros. ¿Su sola presencia sirvió para que recordaran que no podían equivocarse en contra del Real Madrid?
La cuestión es que mientras el presidente del Real Madrid "alternaba" con los árbitros en los prolegómenos del partido, Joan Laporta esperaba tranquilamente en el palco.
Su intervención no se produjo hasta después del partido con un vídeo ideado para lamentar la actuación arbitral en el clásico.
Florentino bajó al túnel con su Negreira
Además, Florentino Pérez se hizo acompañar por su Negreira particular, Carlos Megía Dávila, el exárbitro en nómina del Real Madrid que ya admitió su pasión por el color blanco antes de anunciar su retirada del arbitraje.
Megía Dávila es el empleado del Real Madrid que se encarga de que a los árbitros no les falte de nada cuando pitan al club blanco. Y su esposa es la responsable del arbitraje en el fútbol femenino. Todo queda en casa.
Megía Dávila, que fue árbitro en activo desde 1995 hasta 2009, es delegado-asesor del Real Madrid para el tema arbitral. Mundo Deportivo recoge también la presencia en el lugar de Miguel Ángel Pérez Lasa, otro exárbitro, que ejercía informador para la Federación y que ostenta el dudoso honor de haberse retirado del arbitraje sin señalar un solo penalti en contra del Real Madrid en el Bernabéu.
Llama la atención que Florentino Pérez saludara cariñosamente a Soto Grado antes del partido cuando en las horas previas, su tele, Real Madrid TV, le destrozaba.
El arbitraje de Soto Grado en el Clásico es la prueba concluyente de que las despiadadas críticas que Florentino Pérez vierte contra los árbitros utilizando su tele particular causan el efecto esperado: nos se atreven con el Real Madrid.
Pero en el clásico, Florentino Pérez no se escondió detrás de su tele, que ya había hecho su trabajo. Saltó al ruedo a pecho descubierto y a la vista de todos. Su sola presencia bastó para intimidar a Soto Grado.