Elon Musk nunca pasa desapercibido. Su reciente desencuentro con Donald Trump causó un revuelo que no pasó desapercibido para el mercado. Las acciones de Tesla, como era de esperarse, sufrieron un golpe inicial.
Sin embargo, la recuperación fue rápida, en cuestión de días, el valor bursátil de la compañía logró recuperar buena parte del terreno perdido. Este repunte ha coincidido con la creciente expectativa por el lanzamiento del servicio de robotaxis de Tesla. Un nuevo frente de negocio que podría marcar un antes y un después para la empresa.
El gráfico cuenta otra historia
Desde un punto de vista técnico, Tesla ha mostrado señales de resistencia. Sus acciones han respetado los promedios móviles de 50 y 200 días. Esto ha ayudado a estabilizar el índice de fuerza relativa, situándolo en una zona neutral.

Aun así, el panorama no está libre de nubarrones. Las ventas en la Unión Europea muestran signos de enfriamiento. Y por si fuera poco, las políticas arancelarias que se asoman desde la administración de Trump mantienen a los inversores con un ojo abierto.
El cierre del viernes en torno a los 325 dólares refleja una leve mejoría, pero aún mantiene un retroceso del 20% respecto a enero.
Zonas clave para el inversor
Para quienes siguen de cerca los movimientos de Tesla, hay ciertos niveles que no se pueden ignorar.
- Soportes importantes: $265 y $215.
- Resistencias clave: $365 y $430.
La actividad de trading ha bajado, lo que podría indicar que muchos están esperando una señal más clara antes de tomar decisiones.
Musk y Trump: ¿reconciliación en camino?
El propio Elon Musk ha reconocido que algunas de sus declaraciones pasadas no fueron las más acertadas. Este gesto, aunque sutil, ha rebajado la tensión con Trump.

Desde el otro lado, Trump ha dejado abierta la puerta a una posible reconciliación, según comentó al New York Post. Esta tregua política podría tener efectos colaterales positivos para Tesla, especialmente si disminuye la incertidumbre regulatoria.
Mirando al futuro
Tesla ha logrado recuperarse un 50% desde los mínimos de abril. Es una señal clara de que el mercado aún cree en el potencial de la compañía. Pero los desafíos no desaparecen.
Las tensiones comerciales, la competencia creciente en el sector de los vehículos eléctricos y la ralentización europea exigen una estrategia inteligente.
Elon Musk ya sabe que el ruido mediático tiene un precio. Y aunque se ha alejado del bullicio de DOGE, la recompensa, si llega, dependerá más del rendimiento de sus fábricas y menos de sus tuits. Tesla avanza, pero el camino sigue lleno de curvas.