Sin embargo, para disfrutar de una manicura impecable durante más de dos semanas, es esencial adoptar ciertos hábitos y evitar errores comunes. A continuación, te presentamos una guía completa para alargar la duración de tus uñas sin comprometer la salud de tus manos.
Preparación adecuada de la uña natural
Todo comienza con una preparación minuciosa. La superficie de la uña debe estar completamente limpia, seca y libre de grasa. Utiliza un buffer suave para eliminar el brillo natural y asegúrate de empujar bien las cutículas. Una base bien aplicada sobre una superficie preparada es la clave para evitar el levantamiento del producto en los bordes.
Aplicación en capas finas
Una de las claves del éxito en el esmaltado semipermanente es la aplicación en capas finas. Muchas personas cometen el error de aplicar demasiado producto de una vez, lo que provoca arrugas, burbujas o un curado insuficiente. Es preferible aplicar dos o tres capas delgadas, curando cada una con paciencia bajo la lámpara UV o LED.
Sello del borde libre
Un truco fundamental para mantener las uñas semipermanentes en perfecto estado es sellar siempre el borde libre con cada capa de producto. Esto evita que el esmalte se levante al contacto con el agua o al realizar actividades diarias como escribir en el teclado o lavar platos.
Hidratación y protección diaria
Aunque la manicura semipermanente ofrece resistencia, las manos necesitan cuidados diarios. Aplica aceite para cutículas cada noche, utiliza crema hidratante y, si es posible, lleva guantes al limpiar o manipular productos químicos. La hidratación adecuada también evita que las cutículas se resequen y que las uñas se vuelvan quebradizas.
Cuándo realizar el mantenimiento
Incluso si tus uñas se ven bien después de dos semanas, es recomendable hacer un mantenimiento regular. Retirar el esmalte a tiempo y dejar respirar la uña natural durante unos días entre aplicaciones ayuda a conservar su estructura y salud. Recuerda no forzar la retirada: empapar una gasa con acetona y envolver las uñas durante 10-15 minutos es la forma más segura de eliminar el producto sin dañar la superficie.