Joan Laporta se ha cansado y no piensa acudir a la comida de directivas con Florentino. El presidente del FC Barcelona no estará presente en la 'previa' al Clásico en el Bernabéu, habiendo decidido declinar la invitación por "motivos de agenda". Esto podría tomarse como una excusa, teniendo en cuenta que las relaciones entre ambas directivas están muy deterioradas.
Este deterioro en las relaciones ha ido fraguándose en los últimos meses. A Joan Laporta no le ha sentado nada bien que el Real Madrid se personara en el juicio por el 'caso Negreira'... mientras que tampoco le gustó su ausencia en El Clásico de Montjuic. Florentino alegó un tweet del directivo azulgrana Mikel Camps contra Vinícius.
No obstante, en el último Clásico, Joan Laporta enterró el hacha de guerra y sí acudió a la comida de directivas... pero, al día siguiente, volvieron los 'malos rollos' al pedir la repetición del partido por un gol fantasma de Lamine Yamal.
A pesar de que Laporta no acudirá a la comida de directivas, donde sí se verá cara a cara con Florentino Pérez será en el palco del Bernabéu. El presidente del Barça estará presente en El Clásico, siguiendo de cerca el duelo contra el Real Madrid. También ha emplazado a verse las caras en la comida de directivas del partido que se jugará en Barcelona.
Joan Laporta pasa de la Superliga, sí a la UEFA
Lo que no entraba en el guión era que el Barça, que oficialmente está en el bando de Florentino con la Superliga, se mostrara colaboracionista con la UEFA. El ofrecimiento del Camp Nou para albergar la final de la Champions League femenina de 2027 lo confirma.
Y eso a Florentino Pérez le ha dolido más que la reapertura del caso Slaughter. Porque en su proyecto de Superliga la presencia del Barça es imprescindible. Con este movimiento estratégico, Joan Laporta se desmarca de Florentino Pérez y su proyecto e inicia un movimiento de aproximación a la UEFA.
No existen buenas relaciones entre Joan Laporta y Florentino en estos momentos, y la realidad es que no para de quedar demostrado. El Barça se desmarca lo máximo posible del Real Madrid, como demuestran las últimas decisiones, especialmente la de plantarle antes del Clásico.