La celebración del triunfo de España en la Eurocopa en Madrid tuvo un protagonista oculto que estuvo en boca de todos, aunque nadie se atrevió a mencionarle con el micrófono en la mano: Brahim Díaz.
El jugador del Real Madrid le exigió al seleccionador Luis De la Fuente garantías de titularidad para acudir a la Eurocopa. De la Fuente, que tenía en la cabeza a Lamine Yamal y Nico Williams como titulares en la delantera flanqueando a Álvaro Morata, le expuso la situación con crudeza y el jugador madridista optó por rechazar a la selección española para elegir a Marruecos, en donde sí le habían garantizado un papel estelar.
La traición de Brahim a La Roja
Lo que en un jugador del FC Barcelona se habría considerado "alta traición", tratándose de un jugador madridista su comportamiento se redirigió al seleccionador, al que le cayó una lluvia de palos por haber prescindido de Brahim en lo que se consideró una prueba de su antimadridismo. O al menos así lo quisieron vender algunos.
Brahim eligió libremente y prefirió Marruecos antes que España, en donde De la Fuente le reservaba un papel de revulsivo a la sombra de Lamine Yamal y Nico Williams, que no mostraron una sola duda en defender la camiseta de La Roja.
Y en las celebraciones en Cibeles más de uno se acordó de Brahim: "Él se lo ha perdido". El jugador del Real Madrid pudo haber compartido ayer la gloria de los campeones de Europa, pero no quiso. Y sus compañeros se lo han echado en cara.
Nadie echó de menos a Brahim
España se ha proclamado campeona de Europa sin Brahim, pero con Nico Williams y Lamine Yamal, que son el futuro del fútbol español para la próxima década. Las exigencias de Brahim no fueron bien recibidas ni por el seleccionador ni por sus compañeros al enterarse de cómo se desarrolló su renuncia a La Roja.
Es el caso contrario de Aymeric Laporte y Robin Lenormand, futbolistas de origen francés, que sí aceptaron jugar con España pese a no ser su país. A eso se le llama compromiso. Y los dos respondieron a la perfección.