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Lamine Yamal con la camiseta del FC Barcelona y el escudo del club de fondo.

Lamine Yamal apunta con el dedo al culpable de la derrota: 'El error es de...'

Una noche de brillantez, polémica y frustración para la joven promesa del Barça en la semifinal europea

Lamine Yamal volvió a ser protagonista en una noche europea. El joven talento del FC Barcelona lo intentó todo en la vuelta de semifinales contra el Inter de Milán. Regates, disparos, desborde, de sus botas nacieron algunas de las mejores acciones ofensivas del equipo azulgrana.

Sin embargo, ni la inspiración ni la voluntad fueron suficientes, el gol se le resistió, pero su impacto en el juego fue innegable.

En varias ocasiones, el extremo puso a prueba a Yann Sommer. El guardameta del Inter respondió con reflejos felinos, paró todo lo que le llegó. Lamine no dejó de buscar el gol, pero el muro suizo se mantuvo firme.

Un jugador de fútbol con uniforme azul y rosa celebra en el campo.
Lamine volvió a demostrar su gran talento | Getty Images

La jugada que lo cambió todo

El partido iba 2-2, minuto 68. Entonces llegó la jugada clave, Mkhitaryan cometió falta sobre Lamine Yamal. El árbitro, Szymon Marciniak, señaló el punto de penalti, pero la alegría duró poco.

Desde la sala del VAR, los holandeses Pol van Boekel y Dennis Higler llamaron al árbitro. Le pidieron que revisara la acción, pero no en el monitor, como es habitual. Simplemente le dijeron que no era penalti y Marciniak obedeció, sin más.

Una decisión que cuesta caro

El contacto empieza fuera del área, sí. Pero Lamine aguanta, sigue la jugada, y el impacto definitivo se produce dentro. Según el reglamento, eso es penalti, penalti claro.

No fue un error del árbitro en el campo, fue un error del VAR  y Lamine lo tiene claro.

Una sensación compartida

No es la primera vez que el Barça sufre decisiones polémicas en Europa y no es la primera vez que aparecen los mismos nombres. Van Boekel y Higler ya han sido protagonistas de otras noches negras para el club catalán.
En esta ocasión, volvieron a serlo. Con una decisión incomprensible, sin revisión en pantalla, y con un criterio discutible.

Más que una derrota

El Barça queda fuera de la Champions. Lamine, frustrado, el equipo, tocado. Pero queda una sensación que va más allá del resultado: la de que el esfuerzo no fue suficiente porque alguien desde una sala lejana decidió cambiar el curso del partido.

Lamine lo resume en una frase que ya resuena en todos los rincones culés: “El error es del VAR”. Una señal clara, un dedo que apunta, no para culpar a un compañero, sino para decir basta.