Cada verano en el Barça deja algún nombre nuevo sobre la mesa. Una promesa, una sorpresa. Este año ese nombre es Dro Fernández.
Pocos lo esperaban en la gira por Japón y Corea, ni siquiera partía como favorito. Pero en apenas unos entrenamientos, Hansi Flick lo vio claro, Dro tenía algo distinto, una chispa especial. El técnico alemán, que no suele fallar en sus primeras impresiones, apostó por él y el chico respondió.
Un talento que pide paso
Dro tiene solo 17 años. Hijo de padre gallego y madre filipina, se ha formado entre el Juvenil B y el Juvenil A, el equipo campeón de Belletti. Su progresión ha sido silenciosa, pero constante, esta pretemporada lo ha cambiado todo.
En el primer amistoso con el primer equipo no tardó en dejar huella. Solo 10 minutos le bastaron para marcar un golazo y mostrar su calidad. Conducción elegante, velocidad, llegada desde segunda línea y un gran disparo, su carta de presentación fue impecable.

Un chico de La Masia con ADN Barça
Dro puede jugar de interior, mediapunta e incluso extremo, se adapta, entiende el juego y siempre busca el balón, no se esconde. Tiene algo que no se entrena: personalidad.
Flick lo definió así tras el partido:
“¿Dro? Es un gran talento y un claro ejemplo del fantástico trabajo que se está haciendo en La Masia. Tiene muy buen control del balón, pero aún tiene margen de mejora. Tenemos centrocampistas de primer nivel, así que no es fácil hacerse un hueco ahí.”
El mensaje es claro: talento tiene, pero hay que ir con calma.
La sombra de los precedentes
Los casos de Lamine Yamal o Pau Cubarsí son excepcionales ypor eso no pueden servir como vara de medir. Ambos llegaron al primer equipo con solo 16 y 17 años, sí, pero no es lo habitual. La paciencia es clave.
Con Dro se pide lo mismo, hay que cuidarlo, rodearlo bien. Que no queme etapas antes de tiempo, porque el potencial está ahí, pero también la presión.
Lo que viene por delante
La gira por Asia no ha terminado. Quedan dos partidos en Corea del Sur y luego el Trofeo Joan Gamper ante el Como. Tres nuevas oportunidades para ver a Dro en acción, tres partidos para seguir soñando.
¿Será este el verano en que nació otra estrella? Flick ya lo piensa y no está solo.
Dro Fernández ha llegado sin hacer ruido, pero lo suyo huele a algo grande. Su talento no es casualidad, es trabajo, es instinto y es Barça. Que no se diga que no se avisó: abran paso a Dro, porque viene fuerte.