Con más o menos eficacia y éxitos, el Barça de los últimos cuarenta años, que se forjó con Johan Cruyff y luego refrendaron técnicos como Pep Guardiola, Luis Enrique y Xavi, era reconocible por su filosofía de juego.
Control y posesión del balón a partir de la premisa fundamental de la presión, que era lo que permitía recuperar el balón y escondérselo al rival.
Fin del tikitaka y bienvenido el modelo alemán
Ese fútbol basado en la posesión, que alcanzó su punto álgido cuando sus jugadores lograron desarrollarlo al primer toque, se ha acabado en el Barça. El técnico del 2-8 en Lisboa será el encargado de acabar con los mandamientos de Johan Cruyff y Pep Guardiola para imponer el modelo alemán en el Barça.
No es el primer alemán que lo intenta. Antes probaron Hennes Weisweiller y Udo Lattek. Los dos fueron despedidos. Y se fueron sin entender nada. Ni siquiera el idioma.
Adiós a los principios fundamentales del cruyffismo
Pero Laporta ha apostado por un alemán para cargarse los principios fundamentales del cruyffismo. Es cierto que el fútbol de toque ha dejado esta temporada al Barça a diez puntos del Real Madrid. Tan cierto como que hace un año ese mismo estilo de juego dejó a los blancos a diez puntos del Barça.
Con Flick todo cambiará. Queda por ver si para bien o para mal. Queda por saber si el Barça ficha al técnico del Bayern que logró el sextete dejando al Barça en la cuneta con un 2-8 o será el fracasado seleccionador de Alemania que fue despedido por el humillante Mundial de Qatar de la selección germana, que fue despedido tras perder por 4-1 ante Japón sin superar la fase de grupos.
El nuevo Barça de Flick nacerá con los conocidos problemas económicos que le impedirán disponer de una plantilla a su medida. Tendrá que trabajar con lo que le den. Ya lo dijo Xavi: "ya no es como hace 20 años, cuando el entrenador pedía a este, este y este y el club le traía a los tres".
Flick tendrá que trabajar con lo que hay, y lo que hay no parece muy adecuado para jugar a la alemana. Mientras jugadores como Gavi o Fermín se revalorizarán, las exquisiteces de Pedri perderán reconocimiento.
Fuerza física
El Barça basará su juego en la fuerza física. Tendrá que imponerse a sus rivales por aplastamiento y no por su superioridad técnica. La intensidad de la presión crecerá, y ya no se tratará de acariciar la pelota si no de llevarla arriba para colgar balones en el área. El papel de Lewandowski se revalorizará porque con Flick el equipo jugará para él.
Los centrales serán más estáticos, los laterales ejercerán de carrileros y en el centro del campo aumentará el cupo de músculo en detrimento del virtuosismo técnico. Los extremos serán claves, siempre pegados a la banda, abriendo el campo para que Lewandowski pueda aprovecharse de sus centros evitando la concentración de defensas en el área.
El juego del equipo será más vertical e intenso. Veremos si eso es suficiente para vencer a los rivales y convencer a los aficionados del Barça, que han disfrutado, y mucho, viendo a su equipo jugar de otra manera.