El Real Madrid se personó como acusación particular en el caso Negreira. Y ahora podría hacer lo mismo con la alineación de Dani Olmo en la final de la Supercopa.
El FC Barcelona consiguió la complicidad del CSD y se benefició de una decisión política que contravenía las normas de la Federación y LaLiga.
El Barça juega con las cartas marcadas
Los clubes españoles están en pie de guerra. Nadie entiende que el Barça pueda participar en la competición con las cartas marcadas y con un reglamento a su medida.
El Barça presentó la documentación de Olmo y Pau Víctor fuera de plazo y la normativa es clara en estos casos. Olmo no puede ser inscrito dos veces por el mismo club y en la misma temporada.
El Real Madrid ha mantenido un escrupuloso silencio en torno a este tema. Ha valorado pros y contras de su intervención y ha optado por renunciar a la beligerancia.
Florentino no moverá un dedo
Florentino Pérez no moverá un dedo para reclamar en los despachos lo que perdió sobre el césped. Fundamentalmente porque ahora, más que nunca, necesita la colaboración del FC Barcelona en su proyecto de la Superliga.
El club blanco seguirá adelante con su aparato jurídico tratando de esclarecer el escándalo Negreira. Pero no actuará de oficio para reclamar la nulidad del partido de ayer por alineación indebida de Dani Olmo. El jugador catalán salió en los últimos minutos, cuando el partido parecía ya resuelto para el Barça.
Así lo ha pactado Florentino Pérez con Joan Laporta. Es un mal necesario que hay que asumir. Aunque eso no quiere decir que el presidente blanco viva una luna de miel con su colega catalán.
Lo que busca Laporta en Florentino
En los últimos clásicos
Otra cosa es que los intereses por la Superliga les unan. Florentino sabe bien que Laporta no busca su compañía, sino el dinero que puede generarle la puesta en marcha de la Superliga.
De hecho Florentino no considera un "colega" a Joan Laporta. No puede entender que el presidente de un club como el Barça pueda ir por ahí regalando cortes de manga.