Aunque las condiciones físicas y el dominio de la técnica son dos puntos claves en el rendimiento que pueden alcanzar los futbolistas, es indispensable que se acompañe de un óptimo equilibrio mental y emocional.
Los entrenadores profesionales coinciden en la necesidad de desarrollar una mentalidad ganadora, esto no solo implica soñar con la victoria, sino utilizar las herramientas que ofrece la psicología deportiva para derribar las barreras mentales que impiden alcanzar nuestro máximo potencial.
¿Qué es la fortaleza mental en el ámbito futbolístico?
De la misma forma que en cualquier otra disciplina deportiva, la fortaleza mental supone el impulso que el cuerpo necesita para continuar una vez que experimenta cansancio o, en su defecto, cuando alcanza sus propios límites.
En este sentido, está asociada ese esfuerzo adicional que puede marcar la diferencia en el resultado final, sea marcar un gol o sostener el marcador hasta escuchar el silbido del árbitro. Por ello, incrementa la autoestima, ya que representa una razón para sentirnos orgullosos de nuestro desempeño.
¿Por qué es tan importante fortalecer la mente?
No importa si se trata de un futbolista amateur o uno de élite, ser mentalmente fuerte es un factor determinante en la construcción de la actitud ganadora. La magnitud de los retos no condiciona el desempeño de quienes están convencidos de sus capacidades tanto para enfrentar los desafíos, como para superarlos. Pero eso no es todo, también incide de las siguientes maneras:
Permite entender que los resultados no se vinculan a la suerte, sino al empeño que depositamos en la consecución de los objetivos.
Contribuye a la superación personal, esto se debe a que cada persona se convierte en su propio punto de apoyo.
Ayuda a mantener el enfoque y elimina las barreras mentales que limitan el avance, o desvían el camino hacia el objetivo.
El futbolista mentalmente fuerte no sueña con el éxito, por el contrario, lo visualiza y diseña una estrategia que le permita alcanzarlo. Asimismo, entiende que el triunfo solo es posible cuando se combina determinación, empeño, disciplina y mucho compromiso.
Cualidades que definen a un futbolista mentalmente fuerte
Aunque todo parte de la convicción de ser capaces de enfrentar y superar los desafíos sin importar lo grande que sean, existen ciertos aspectos que permiten identificar la mentalidad fuerte, entre los más destacados se encuentran:
Control de las emociones: los futbolistas mentalmente fuertes se caracterizan por el uso del pensamiento lógico al momento de gestionar lo que siente tanto ante la derrota, como a la hora de celebrar la victoria.
Enfoque centrado en la realidad: no se obsesionan con lo que fue o en lo que no pudo ser, así como tampoco con el futuro.
Análisis racional: más allá del revés, estudian la situación e identifican los aspectos que requieren mejoras, por ello, convierten los fracasos en oportunidades para aprender y potenciar su desarrollo, en lugar de sentirse frustrados.
Mejora la autopercepción: ya no se trata de ser bueno o malo en la cancha, el pensamiento extremista es reemplazado por la medición del desempeño desde el punto de vista del manejo de la técnica y el cumplimiento del plan táctico. Asimismo, entra en juego el nivel de preparación mental y las condiciones físicas como factores que repercuten en el rendimiento.
Pautas para aumentar la fortaleza mental
El primer paso es comprender que, a diferencia de lo que muchos piensan, desarrollar la fuerza mental requiere dedicación y esfuerzo, no se trata de una habilidad con la que nacemos. De esta forma, lo más conveniente será buscar orientación especializada, como la que ofrece la Academia de Alto Rendimiento.
Los profesionales de la psicología deportiva son los encargados de ofrecer las herramientas y métodos necesarias para lograr el fortalecimiento de la mente, en terapia aprendemos a:
Incrementar la autoconfianza
El pensamiento ganador parte de una premisa: no todo se basa en un solo resultado. La autoconfianza se define como la capacidad de creer y tener fe en las propias capacidades.
Para ello, es indispensable dejar de enfocarse en la victoria o la derrota, y pensar en todo lo que se ha logrado avanzar hasta el momento, y convertirlo en el impulso y la convicción de poder llegar mucho más lejos.
Controlar las emociones
Los futbolistas deben tener claro que es igual de peligroso dejarse abrumar por los sentimientos negativos que aparecen cuando enfrentan la derrota, que ser arrastrados ante la euforia que genera el triunfo.
La mentalidad fuerte mantiene el equilibrio entre las emociones, la mente y el cuerpo. Igualmente, eliminan la tendencia de necesitar la validación de terceros, sabe que todo depende únicamente de su esfuerzo y constancia.
Creer en las habilidades y visualizar la meta
En terapia, se fortalece la autoestima. Aprendemos no solo que tenemos la capacidad de vencer, sino a tener la confianza suficiente para derribar los temores que se convirtieron en barreras mentales y limitan la oportunidad de alcanzar nuestro máximo potencial.
Asimismo, el cerebro recibe el entrenamiento necesario y permanece preparado, tanto para saborear el éxito, como para encarar las situaciones desafiantes que puedan presentarse en el camino.
Valorar la victoria
Un error recurrente de los deportistas de élite es dar por sentado el triunfo, así como también creer que son “malos” por fallar. En un deporte como el fútbol, ganar o perder no es cuestión de suerte.
Este tipo de actitudes termina generando autosaboteo de los méritos, o lo que es igual, la sensación de que no merecemos lo que hemos logrado, por el simple hecho de enfrentar dificultades o reveses en los resultados.
La mentalidad ganadora es un requisito para alcanzar nuestro máximo potencial
Sin importar su nivel, condiciones físicas o experiencia, fallar y vivir la derrota son dos cosas inevitables para cualquier deportista, la mentalidad ganadora transforma los errores y las malas experiencias en algo positivo a largo plazo.
Quedarse atrapados en el resultado no conduce a nada, la salida es el estudio de los factores que pudieron incidir en los resultados. Una vez que aprendemos a convertir los desaciertos en motivación, tendremos una fuente de impulso eficaz para alcanzar los objetivos trazados.
En definitiva, ser mentalmente fuerte es negarle la entrada a la frustración y los traumas. Si bien es normal la sensación de temor a la hora de enfrentar las competiciones, la convicción y determinación deben reemplazar al deseo de ganar.
Tener la certeza de algo neutraliza la presión, sirve de motivación y allana el camino a la meta de rendir al máximo de nuestras capacidades, indistintamente de los miedos y la incertidumbre.