Una pequeña enganchada entre Vinicius y Carlo Ancelotti deslució el final apoteósico del Real Madrid-Barcelona que sentenciaba anoche LaLiga en el Bernabéu.
Ancelotti decidió dar descanso a Vinicius, entendiendo que debía estar muerto tras el palizón que se dio en Mánchester. Además, quería poner en juego a Joselu dándole un nuevo aire al ataque blanco.
Eran los últimos compases del partido y había que probar cosas nuevas. El partido estaba empatado a dos y el Madrid buscaba con desespero el gol de la victoria.
Vinicius se tomó muy mal el cambio
Y Ancelotti decidió el cambio de Vinicius en el minuto 82. Se trataba de oxigenar el equipo con un hombre de refresco. Pero Vinicius se lo tomó mal y le reprochó el cambio a Ancelotti.
Lo hizo en cuanto vio el número 7 en el cartel de los cambios del Real Madrid. Abrió los brazos y empezó a hacer gestos aparatosos dejando claro que no estaba conforme con la sustitución que había decidido Ancelotti.
Vinicius quería colaborar en la búsqueda del gol del triunfo hasta el último minuto y le pidió explicaciones a Ancelotti en cuanto llegó a la banda negando con la cabeza y dando a entender su desacuerdo con la decisión del italiano.
Hubo en ese momento una pequeña discusión entre el técnico y el jugador, que Vinicius no entendió, porque se alejó más contrariado aún. Sin embargo, una vez en el vestuario Ancelotti consiguió hacer entrar en razones a Vinicius, que finalmente acabó entendiendo el cambio.
Fue una tormenta en un vaso de agua que la experiencia de Ancelotti permitió que no fuera a mayores. Pero, de paso, el técnico italiano demostró que no se casa con nadie y que si hay que cambiar a Vinicius, lo cambia. Pese a quien pese y guste o no guste.