En el dinámico entorno laboral actual, donde cada jornada se asemeja a una interminable carrera, existe un pequeño refugio de calma y crecimiento personal que muchos empleados desconocen: el permiso de formación.
Este beneficio, respaldado por la legislación laboral española, permite a los trabajadores continuar su desarrollo profesional sin ver afectado su salario.
¿En qué consiste el permiso de formación?
El permiso de formación es un derecho contemplado en el artículo 23.3 del Estatuto de los Trabajadores. Este artículo establece que los empleados tienen derecho a 20 horas anuales para actividades formativas, acumulables hasta un máximo de cinco años, lo que suma un total de 100 horas. Esto implica que si no utilizas tus horas en un año, puedes sumarlas a las del siguiente.
La formación debe estar relacionada con la actividad de la empresa, aunque no necesariamente con tu puesto específico o grupo profesional.
Es decir, puedes optar por formarte en un área diferente dentro de la empresa. La única condición es que debes tener al menos un año de antigüedad en la empresa para poder solicitar este permiso.
¿Cómo se gestiona el permiso de formación?
Para hacer uso de este permiso, es necesario acordar con la empresa cómo y cuándo se realizarán las horas de formación. No puedes simplemente decidir un día y ausentarte; debe haber un acuerdo previo.
Además, este permiso es remunerado, lo que significa que la empresa te paga por esas horas de formación. Sin embargo, no se puede utilizar este permiso para formación que la empresa esté obligada a proporcionarte por ley.
Es importante destacar que este permiso no solo promueve el desarrollo profesional del trabajador, sino también la mejora continua de la empresa, al contar con empleados más capacitados y actualizados en sus conocimientos.
Beneficios del permiso de formación
Para los empleados, este permiso permite un desarrollo profesional continuo, así como mantenerse actualizado en su campo o explorar nuevas áreas de interés dentro de la empresa.
Además, incrementa las competencias, lo que puede traducirse en mejores oportunidades de promoción o cambios dentro de la organización. Un trabajador más formado y capacitado es un activo valioso para la empresa, lo que puede incrementar su estabilidad laboral.
Para las empresas, la formación continua fomenta la innovación y la adopción de nuevas tecnologías y metodologías. Invertir en la formación de los empleados puede mejorar la motivación y el compromiso del equipo.
A diferencia de otros permisos laborales, como los permisos por enfermedad o maternidad, que se centran en necesidades personales o familiares, el permiso de formación está diseñado específicamente para el crecimiento profesional.
Mientras que los primeros buscan proteger al trabajador en situaciones particulares, el permiso de formación apuesta por el desarrollo a largo plazo tanto del empleado como de la empresa.