Conductores de Luisiana y California, prepárense. Agosto ha llegado con cambios que podrían afectar a muchos. Las autoridades estatales han decidido endurecer las sanciones contra quienes usan el teléfono al volante.
Multas de hasta 500 dólares por una distracción mínima son ahora posibles. George, conductor habitual, confiesa: “Siempre intento mantener las manos en el volante, pero esto me sorprendió”.
La decisión no llega de manera caprichosa. Según la NHTSA (Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras), solo en 2023 se registraron más de 3,200 muertes relacionadas con distracciones al conducir. Una cifra alarmante que los estados buscan reducir de manera drástica.

¿Qué busca esta medida?
La respuesta es clara: salvar vidas. Cada año, miles de familias sufren la pérdida de un ser querido por distracciones que podrían evitarse. La nueva normativa tiene como objetivo reeducar a los conductores y fomentar que la atención total esté en la carretera.
El mensaje es simple: mientras conduces, no existe nada más que la carretera. Cada segundo de distracción puede ser letal para ti o para otros. La idea no es castigar por castigar, sino crear conciencia sobre el riesgo real que supone mirar un mensaje o una notificación.
¿Cuáles son las multas?
En Luisiana, el Proyecto de Ley 519 prohíbe el uso del teléfono mientras se conduce, salvo con manos libres. Las sanciones comienzan en 100 dólares, pero pueden alcanzar los 250 dólares en zonas escolares o laborales. Para infracciones graves, la multa puede subir hasta 500 dólares y, en caso de reincidencia, hasta 1,000 dólares.

En California, un juez aclaró que incluso sostener el teléfono en la mano, aunque sea para el GPS, es infracción. Esto significa que cualquier contacto con el dispositivo mientras el vehículo está en movimiento es motivo de multa.
La realidad de las distracciones
Cinco segundos de distracción pueden ser suficientes para recorrer la longitud de un campo de fútbol a 90 km/h. Una llamada, un mensaje o un vistazo rápido al móvil pueden costar muchas vidas. La NHTSA lo advierte: conducir distraído es uno de los mayores riesgos viales, al nivel del exceso de velocidad y el alcohol.
¿Hacia un país sin teléfono al volante?
Luisiana y California podrían ser solo el principio. Cada vez más estados evalúan leyes similares para cambiar el comportamiento de los conductores y reducir accidentes. La clave es simple: ninguna llamada ni mensaje vale más que la seguridad.
Si conduces, recuerda: deja el teléfono a un lado, planifica tu ruta antes de arrancar y, si necesitas consultar algo, detente de manera segura. La carretera exige atención total. Tus manos en el volante y tus ojos en la carretera no son opcionales; son la diferencia entre llegar seguro o no.