A partir del 1 de octubre de 2025, las leyes de tránsito en Estados Unidos sufrirán un cambio histórico. El objetivo es claro: reducir accidentes y hacer que los conductores imprudentes enfrenten consecuencias más severas.
La nueva medida, conocida como Ley del Sargento Patrick Kepp, aumenta las sanciones por conducción imprudente, agresiva y exceso de velocidad. Hasta ahora, muchas de estas infracciones solo generaban multas. Con la ley vigente, los infractores podrían enfrentar multas elevadas e incluso prisión.
Este cambio busca que los conductores piensen dos veces antes de acelerar o ignorar las normas. Las autoridades quieren que la seguridad vial sea prioridad absoluta.

Conducción imprudente y agresiva: lo que cambia
La conducción imprudente ahora incluye varias acciones peligrosas: exceder la velocidad, ignorar señales de tránsito o maniobrar entre carriles de manera riesgosa. Antes, estas infracciones se castigaban solo con multas. Ahora, podrían significar hasta 60 días de cárcel y multas de hasta $1,000.
Por otro lado, la conducción agresiva también se redefine. Se considera conducción agresiva cuando un conductor realiza tres o más infracciones graves en la misma ruta. Entre ellas se incluyen saltarse un semáforo en rojo, adelantar indebidamente, exceder el límite de velocidad, seguir demasiado cerca a otro vehículo o no respetar los carriles.
Este endurecimiento busca frenar comportamientos peligrosos que antes pasaban desapercibidos o se castigaban de manera leve.
Exceso de velocidad y conducción negligente
Una de las modificaciones más importantes: exceder el límite de velocidad en 30 millas por hora o más será considerado un delito penal. Esto significa que, además de la multa, los infractores podrían ir a la cárcel.

La conducción negligente, que incluye infracciones menos graves, pero igualmente riesgosas, también recibirá un castigo más severo. Las multas para este tipo de infracciones subirán hasta $750, asegurando que estas faltas no queden impunes.
En resumen, EE. UU. deja claro que un error al volante ya no será algo que se pueda resolver solo pagando dinero. La responsabilidad será real y tangible.
¿Qué buscan las autoridades con estos cambios?
El objetivo de la Ley del Sargento Patrick Kepp es simple y contundente: salvar vidas y proteger a todos en la carretera.
Con penas más duras y multas más altas, los conductores imprudentes tendrán incentivos claros para respetar las normas. Las autoridades buscan reducir los accidentes, evitar víctimas y garantizar que quienes pongan en riesgo la vida de otros asuman consecuencias serias.
En pocas palabras, la nueva ley deja un mensaje contundente: la carretera no es un juego. Conducir de manera imprudente puede costarte más que dinero: puede costarte tu libertad.