Nueva York vuelve a ponerse bajo los reflectores. La ciudad ha decidido reducir el límite de velocidad en varias de sus calles más concurridas. Ahora, algunos conductores deberán moverse a solo 20 mph (32 km/h).
La decisión llega como parte de un esfuerzo más amplio: proteger la vida de quienes caminan, pedalean o conducen. Pero ¿qué hay detrás de esta medida y cómo afectará a los neoyorquinos?
Una ciudad que busca más seguridad
El tráfico en Nueva York es intenso y caótico. Miles de autos, autobuses, taxis, bicicletas y peatones comparten las mismas calles cada día. Y con tanto movimiento, el riesgo de accidentes aumenta.

Según la NHTSA, en 2023 casi un tercio de las muertes en accidentes de tráfico en Estados Unidos estuvieron relacionadas con el exceso de velocidad. Estas cifras encendieron las alarmas.
Por eso, la ciudad decidió actuar. Reducir el límite a 20 mph en zonas clave es una forma de disminuir la gravedad de los choques y dar más tiempo de reacción tanto a conductores como a peatones.
La Ley de Sammy y su impacto
Este cambio no nació de la nada. Viene de la llamada Ley de Sammy, aprobada en memoria de Sammy Cohen Eckstein, un niño de 12 años que perdió la vida en 2013 tras ser atropellado.
Su familia, junto con organizaciones de seguridad vial, no se rindió. Lucharon por una normativa que recordara a todos la importancia de reducir la velocidad. Gracias a esa presión ciudadana, Nueva York aprobó la ley que hoy transforma las reglas de tránsito.

Con esta nueva norma:
- En muchas avenidas, el límite baja de 25 mph (40 km/h) a 20 mph (32 km/h).
- En áreas cercanas a escuelas y zonas comerciales, el límite cae aún más: de 15 mph (24 km/h) a 10 mph (16 km/h).
El mensaje es claro: en lugares con más riesgo para peatones, la prioridad será siempre la vida.
Un enfoque diferente dentro de EE. UU.
En la mayoría de ciudades estadounidenses, los castigos por exceso de velocidad suelen ser más multas o incluso cárcel. Pero Nueva York eligió otra estrategia: hacer que todos conduzcan más despacio.
Esta filosofía es parte del programa Visión Cero, una iniciativa internacional que busca eliminar las muertes de tránsito. La lógica es simple: no basta con sancionar, hay que prevenir.
Incluso las bicicletas eléctricas entran en la regulación, antes no tenían límite de velocidad. Ahora deberán respetar uno de 15 mph (24 km/h). Una medida que llega tras varios accidentes con peatones en calles congestionadas.