En época estival, las altas temperaturas invitan a muchos conductores a optar por calzado poco adecuado, como chanclas o incluso conducir descalzos. Esta práctica, aunque pueda parecer inofensiva, supone un riesgo significativo para la seguridad vial, ya que impide un control óptimo sobre los pedales del vehículo.
Según un informe del Real Automóvil Club de España (RACE), cerca de medio millón de conductores admiten conducir descalzos con frecuencia, y aproximadamente 800.000 utilizan habitualmente chanclas al volante. Más del 30% de los conductores han conducido alguna vez con calzado inadecuado, que incluye chanclas, botas de montaña, tacones altos y, en el caso de las mujeres, zapatos de plataforma.
Conciencia del riesgo y posibles multas
La mayoría de los conductores (más del 80%) son conscientes del peligro de conducir con calzado inapropiado. Aunque el Reglamento General de Circulación (RGC) no especifica normas sobre el calzado, conducir con un tipo de calzado que comprometa la seguridad puede ser sancionable. Los agentes pueden imponer multas de hasta 80 euros si consideran que el calzado afecta negativamente a la conducción.
Normativa y seguridad al volante
El RGC establece varios artículos que, indirectamente, obligan al conductor a garantizar su seguridad y libertad de movimientos. El artículo 3.1 enfatiza la necesidad de conducir con diligencia y precaución para evitar daños. El artículo 18.1 subraya la obligación del conductor de mantener su libertad de movimientos y una atención constante a la conducción. Por último, el artículo 17.1 exige que los conductores estén en condiciones de controlar su vehículo en todo momento.
Recomendaciones para un calzado seguro
El RACE recomienda utilizar un calzado específico para la conducción, que ofrezca un buen agarre y permita un control preciso de los pedales. Este tipo de calzado ayuda a prevenir accidentes y a garantizar una conducción más segura durante todo el año, pero especialmente en verano cuando las tentaciones de usar calzado inapropiado son mayores.