El Athletic de Bilbao ha vivido uno de sus veranos más convulsos de los últimos años. Aunque presume de identidad y de un modelo único en el fútbol mundial, ha terminado retratado en el cierre del mercado de fichajes.
Lejos de reforzar su plantilla con el golpe de efecto que prometía su directiva, la realidad ha destapado errores de gestión que han dejado en evidencia al club de San Mamés.
El fracaso no se explica únicamente por un problema burocrático. Una serie de decisiones han minado la credibilidad de un club que, no hace tanto, criticaba públicamente los métodos de otros clubs.
El caso Laporte se ha convertido en el mejor ejemplo de cómo el Athletic no ha sabido manejar la situación.
El discurso contra el Barça que ahora les persigue
En Bilbao no han dudado en lanzar reproches al FC Barcelona durante el pasado mercado. El intento azulgrana de hacerse con Nico Williams fue recibido con mensajes de indignación y acusaciones veladas de desestabilización. El Athletic se presentó como víctima de un sistema en el que las cláusulas de rescisión marcan las reglas del juego.
Sin embargo, el mismo club que señalaba a otros terminó utilizando ese mismo recurso para reforzarse. La incoherencia del discurso ha generado críticas internas y externas.
Cuando se trata de fichar, el Athletic no ha dudado en recurrir a las cláusulas para asegurarse jugadores que, en muchos casos, no tenían intención de vestir la camiseta rojiblanca.
El caso Laporte, una gestión nefasta
La guinda al esperpento ha sido el fichaje fallido de Aymeric Laporte. Su regreso estaba anunciado a bombo y platillo, la afición ya lo celebraba y la directiva lo presentó como el golpe maestro del verano. Pero todo se vino abajo por un error burocrático que ha dejado al club en evidencia ante toda España.
Laporte no jugará en San Mamés porque el Athletic no supo cerrar correctamente la operación. Un fallo administrativo ha tirado por tierra semanas de negociaciones y ha convertido lo que debía ser un motivo de orgullo en un auténtico bochorno. La sensación en Bilbao es de ridículo histórico, con el jugador quedando en el limbo y la imagen del club seriamente dañada.
Un mercado que retrata al Athletic
Mientras el Barça y el Real Madrid protagonizan fichajes de impacto, el Athletic ha quedado señalado como un club incapaz de competir en el mercado.
La apuesta por el discurso de la pureza ha quedado en entredicho y el fracaso con Laporte pasará a la historia como uno de los mayores despropósitos recientes en LaLiga.
El Athletic, que presumía de hacer las cosas de otra manera, se ha visto atrapado por su propia incoherencia. De la crítica al Barça a la utilización de los mismos métodos que censuraba, pasando por una gestión negligente que ha frustrado la operación más importante del verano.
El resultado es un mercado que deja al club en entredicho y a su afición profundamente decepcionada.