Este es el Barça de los jóvenes. Bajo la dirección de Flick, el equipo ha abrazado como nunca el talento de La Masia. La cantera ha dejado de ser simplemente una promesa y ahora se ha convertido en una realidad palpable.
Cada jugador que pasa por las categorías inferiores del club sabe que tiene una oportunidad genuina de llegar al primer equipo. Que podrá competir al más alto nivel y, sobre todo, jugar al fútbol del que el Barça siempre ha hecho gala.
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Lamine Yamal, el mejor aparador
El mejor ejemplo de esta nueva era es Lamine Yamal, un icono mundial a los 17 años. Su ascenso fulgurante es inspiración para todos los que vienen detrás. Y lo más importante, Lamine no se ha olvidado de los que comparten su generación.
Siempre les aconseja que tengan paciencia, que confíen en el proceso, porque Flick es justo con quien trabaja y se esfuerza. Su historia es la viva prueba de que en este Barça, el trabajo y la dedicación son recompensados con minutos. Y, claro, esos minutos son la puerta a la gloria.
Sin embargo, no todos los jóvenes han sabido esperar su oportunidad. El caso más emblemático es el de Marc Guiu, un gran amigo de Lamine Yamal. A pesar de los consejos de su compañero, decidió abandonar el Barça el pasado verano para fichar por el Chelsea.
Atraído por la promesa de más dinero y minutos en la Premier League, Guiu optó por marcharse en busca de un camino más rápido. Pero las cosas no han salido como esperaba.
Marc Guiu no hizo caso de los consejos
En Stamford Bridge, Guiu ha pasado la mayor parte del tiempo en el banquillo o sin convocar. A pesar de que el Chelsea le prometió un papel protagonista, la realidad es que apenas ha jugado 158 minutos de los 720 posibles en lo que va de temporada.
Su entrenador, Enzo Maresca, ha preferido alinear al senegalés Nicolás Jackson como delantero titular, relegando a Guiu a un rol marginal. En cuatro partidos durante el mes de septiembre, solo fue convocado en uno, y ni siquiera fue titular en ese encuentro.
Esta situación contrasta enormemente con la oportunidad que podría haber tenido en el Barça. Aunque no habría sido titular indiscutible, podría haber disputado minutos importantes como revulsivo, compitiendo con otros talentos de la cantera. Ahora, Marc Guiu mira atrás con arrepentimiento. Según se comenta, habría contactado con Joan Laporta para expresar su deseo de volver al club que lo vio crecer.
Guiu es un recordatorio de que, a veces, las promesas externas no se cumplen como uno espera. En el Barça, a pesar de las dificultades, existe un plan claro para los jóvenes. La paciencia y la confianza en el proceso son fundamentales, algo que Lamine Yamal ha entendido desde el principio.
La esperanza para Marc Guiu es que pueda encontrar su camino, ya sea en Londres o de regreso en Barcelona. Parece imposible, pero nunca se va