Solo hay que escarbar un poco para que aparezca lo que nunca debería estar presente en el fútbol.
Yolanda Parga, la responsable del arbitraje femenino en la Federación en cuya casa entra cada mes una nómina del Real Madrid, tiene controladas a sus árbitras favoritas y sabe cómo moverlas.
La árbitra de cabecera de la mujer del delegado del Real Madrid
Por ejemplo, Olatz Rivera Olmedo, la árbitra que pitó el clásico de la polémica. No es una árbitra cualquiera, es la árbitra de cabecera de quien controla el cotarro arbitral en España.
Con el clásico del domingo en Montjuic, Rivera Olmedo iguala a Marta Huerta de Aza, como la colegiada que más clásicos ha pitado: cinco. Para este tipo de partidos, siempre personal de confianza. Y Rivera Olmedo ha demostrado que se puede confiar en ella.
Es tan de confianza que ha pitado tres de los seis últimos clásicos. Y Mundo Deportivo recuerda Rivera Olmedo arbitró los dos clásicos, sobre 18, en los que el Barça tuvo más dificultades, anotando un solo gol.
Aquí no hay nevera. Aquí hay premios
Está todo muy controlado, nadie irá a la nevera, como sucede como los árbitros masculinos que no gustan a Florentino Pérez. Aquí hay premio: Eurocopa y Mundial.
Se entiende el malestar que el arbitraje del clásico ha generado en el mundo del fútbol femenino. De hecho hoy se ha sabido que las futbolistas se suben al carro de Florentino. No piden árbitros ingleses, piden hombres.
De alguna manera denuncian el pobre nivel de arbitraje de las árbitras. Y reclaman que a ellas también les piten los mejores, para evitarse situaciones de incompetencia como las del domingo.
"Deberían arbitrarnos los mejores, da igual si son chichos o chicas. ¿No pasa con los hombres? Pues igual”, dijo recientemente Cata Coll, la portera del Barça.
Nadie invita a Yolanda Parga a que se vaya
Existe pánico ante la posibilidad de que lo vivido en Montjuic no sea flor de un día. Y que se convierta en el futuro en la tónica dominante en el objetivo de acercar el Real Madrid al Barça.
El siguiente paso en la aplicación del VAR en la liga femenina, que sigue siendo considerada de segunda categoría. Y luego pasa lo que pasa: si la decisión depende del árbitro... Se entiende que el Real Madrid eche de menos el fútbol sin VAR.
Tienen la sensibilidad muy fina con Negreira, y nadie invita a la mujer del delegado del Real Madrid, Megía Dávila, a dejar su cargo. Será muy honesta, pero también es necesario que lo parezca. Y no lo parece.