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La amarilla a Vinicius debió ser roja

El árbitro vuelve a ser el mejor jugador del Real Madrid en la primera parte

El esloveno Slavko Vincic se ha comido un penalti de Mendy a Adeyemi y ha perdonado la roja a Vinicius.

No hay gesta del Real Madrid en la Champions League sin el acompañamiento del fiel y amable jugador número 12, el árbitro, siempre dispuesto a colaborar. En Wembley Slavko Vincic ha estado a la altura de lo que se esperaba de él. Al menos en su primera mitad.

El colegiado esloveno ha puesto su granito de arena para que el Real Madrid se haya ido al descanso sin encajar un solo gol y con 11 jugadores en el campo.

El colegiado ha picado en todas las "actuaciones" de Bellingham, a quien en el Dortmund conocen muy bien por su capacidad para hacer teatro sobre el césped. En el minuto 18 Sabitzer iniciaba una contra muy peligrosa que el árbitro cortó para señalar una falta inexistente de Bellingham, que se retorcía en el suelo en una actuación teatral colosal.

Penalti de Mendi a Adeyemi

Minuto 29: Penalti de libro de Mendy a Adeyemi: le empuja y le desplaza con el codo dentro del área hasta derribarle, pero el árbitro no se atreve. El desplazamiento es evidente, aunque para los comentaristas de TVE "ahí no hay nada". El penalti es escandaloso. 

Pero es el estilo del madridismo sociológico mediático, escondiendo la cabeza en el agujero como los canguros. Si no se habla de ello, no es noticia. Si no se habla del penalti es que no hubo penaltis. Para eso estaban colocados Milla y Arbeloa en TVE, para vender el partido como mejor le convenga a don Florentino. 

En el minuto 34 se produce una agresión De Vinicius al portero Kobel, con pisotón incluido. La agresión mereció el castigo de la roja, pero para los comentaristas de TV Álbaro Arbeloa y Luis Millan, no paso nada. "El portero ha hecho un tirabuzón", ha dicho Arbeloa en TVE.

Poco después Hummels pugna por un balón, no toca a Vinicius, éste se tira y el árbitro le saca la tarjeta a Schlotterbeck por protestar. Vale lo mismo una protesta que un pisotón.

Nada que pueda causar sorpresa. Lo esperado cuando el Real Madrid se apresta a escribir una nueva página gloriosa de su historia. De lo otro, nadie se acordará.