El experimento todavía no está dando resultados. En tres pequeñas apariciones con la camiseta azulgrana, Marcus Rashford ha dejado más dudas que certezas.
Su fichaje, planteado como una oportunidad de mercado para reforzar las bandas, no termina de convencer. Ni a Hansi Flick ni a la dirección deportiva, que ya barajan las cláusulas de salida firmadas en el contrato con el Manchester United.
La cesión incluía dos posibilidades. Pagar 5 millones para devolverlo a Old Trafford en enero o abonar 30 al final de temporada si el rendimiento era satisfactorio. A día de hoy, el escenario más probable es el primero.
Tres tramos de partido sin brillo
En total, Rashford ha disputado apenas 93 minutos repartidos en tres partidos. Contra el Mallorca jugó 28 minutos y apenas tocó seis balones. Le costó entrar en ritmo y no generó ninguna acción clara de peligro.

En la segunda oportunidad, frente al Levante, gozó de 45 minutos. Pero su actuación pasó desapercibida, con pérdidas de balón en zona ofensiva y una ocasión clara que mandó a las nubes.
El último tramo, ante el Rayo, fue de 28 minutos, en los que intentó mostrarse más participativo, pero sin éxito. Su única jugada destacada fue un disparo lejano detenido sin problemas por el portero rival.
Demasiado poco para un jugador llamado a pelear minutos con Lamine Yamal y Raphinha, que marcan diferencias cada vez que pisan el césped.
Un nivel por debajo de la competencia
La comparación es inevitable. Lamine, con solo 18 años, se ha consolidado como titular indiscutible y es un generador constante de peligro. Raphinha, pese a la irregularidad, ofrece siempre trabajo y desborde.
Rashford, en cambio, no ha mostrado ni chispa ni implicación defensiva. Flick esperaba un futbolista que aportara soluciones inmediatas, pero lo que ha visto hasta ahora es un delantero sin confianza, falto de ritmo y superado por la exigencia del Barça.
La afición también empieza a impacientarse y el margen de paciencia se acorta. En Barcelona no se entiende cómo un jugador de su experiencia y trayectoria en la Premier League está ofreciendo un rendimiento tan plano.
Flick piensa en alternativas
La situación ha abierto la puerta a una opción inesperada: el sueco Roony Bardghji, inscrito con el Barça Atlètic. El joven extremo ha impresionado a Flick en los entrenamientos y podría tener minutos en el primer equipo si la situación con Rashford no mejora.
La competencia es feroz y el alemán no quiere regalar minutos a nadie. La consigna es clara: solo jugarán quienes rindan. Y de momento, Rashford está lejos de justificar su fichaje.

Decisión en el horizonte
El Barça tiene tiempo hasta enero para decidir si activa la cláusula de retorno de 5 millones. Lo que parecía un refuerzo de lujo se ha convertido en un dilema inesperado. Rashford todavía tiene margen para revertir la situación, pero necesita reaccionar de inmediato si no quiere que su etapa en el Camp Nou acabe siendo un visto y no visto.