El fútbol europeo vivió un encuentro curioso y lleno de gestos de cordialidad. No se trató de un partido ni de un sorteo internacional, sino de una reunión de entrenadores organizada por la RFEF que juntó a varios técnicos de élite. Allí coincidieron por primera vez Hansi Flick, actual entrenador del FC Barcelona, y Xabi Alonso, nuevo responsable del banquillo del Real Madrid.
Ambos llegaron con sonrisa, compartieron abrazos y se dejaron ver charlando animadamente durante varios minutos. Sin embargo, quienes esperaban que la conversación girara en torno al clásico español se llevaron una sorpresa: el tema central fue otro muy distinto.
La caída inesperada de Ten Hag
Según ha podido saber MB, el diálogo arrancó con una pregunta de Flick a Xabi Alonso. Quiso saber si estaba al tanto de lo sucedido con Erik Ten Hag en el Bayer Leverkusen, su antiguo club.
El técnico neerlandés había sido destituido de manera fulminante apenas dos jornadas después de iniciar la Bundesliga, en una decisión que sorprendió a todo el mundo del fútbol.
“¿Ya sabes lo de Ten Hag?”, habría sido la frase con la que Flick rompió el hielo. Alonso, con gesto de incredulidad, respondió explicando que la rapidez del cese lo había dejado perplejo. Ambos coincidieron en que se trataba de un movimiento precipitado y que evidenciaba la falta de paciencia de ciertos proyectos en la Bundesliga.
Una charla que se alargó
Lo que parecía una breve referencia se convirtió en una conversación extensa. Flick y Alonso intercambiaron impresiones sobre la presión que rodea a los banquillos en el fútbol actual. Y sobre cómo, en muchas ocasiones, los proyectos deportivos no tienen el tiempo suficiente para consolidarse.
El entrenador del Barça se mostró especialmente interesado en la visión de Xabi. Nadie como él conoce tan bien al Bayer Leverkusen tras haber entrenado allí dos años. Ambos entrenadores compartieron puntos de vista sobre la gestión de vestuarios y la influencia de las direcciones deportivas.
Ni rastro del clásico
Lo más llamativo del encuentro fue lo que no ocurrió. En ningún momento Flick y Alonso hablaron sobre el FC Barcelona o el Real Madrid. Pese a que la expectación estaba centrada en ese posible intercambio de impresiones sobre la rivalidad eterna del fútbol español, los técnicos evitaron cualquier comentario relacionado con sus actuales clubes.
El tono fue siempre distendido, con sonrisas y un ambiente que reflejó el respeto mutuo entre dos entrenadores que en el futuro protagonizarán duelos apasionantes en España y en Europa. Los dos prefirieron mantener la cordialidad y aparcar la tensión del clásico, al menos por un día.