Eduardo Camavinga ya no es intocable. Lo que hace un año parecía impensable, hoy empieza a sonar con fuerza: ¿y si el Real Madrid se plantea su venta? Porque los números no engañan.
Su valor de mercado ha caído en picado. En junio de 2023 estaba en los 100 millones de euros. Hoy, no supera los 70, una pérdida de 30 millones en menos de un año y eso, para un club como el Madrid, pesa.
Un año para olvidar
La temporada 2024-2025 está siendo la más gris desde que llegó al club blanco. Las lesiones, la ansiedad en el juego y cierta desconexión mental lo han marcado. Camavinga tenía una oportunidad de oro.

Con la salida de Kroos y Modric en sus últimos capítulos, el francés podía dar un paso adelante. Pero lo que ha hecho ha sido retroceder.
En partidos clave, como la ida ante el Arsenal en Champions, volvió a ser protagonista, pero no en el buen sentido. Mal posicionado, precipitado con balón, y flojo en defensa. No fue el Camavinga que todos esperaban, ni el que se ganó un sitio a pulso en temporadas anteriores.
Cuatro años de luces y sombras
Desde que llegó en agosto de 2021, el francés ha tenido una evolución llamativa, deslumbró con su energía y descaro. Se convirtió en un comodín útil para Ancelotti. Pero este año, su rendimiento se ha estancado y su actitud, en algunos tramos, parece la de alguien acomodado.
A sus 22 años, aún tiene margen de mejora. Pero la pregunta ya está sobre la mesa: ¿vale la pena seguir esperando?
El interés del mercado
Que el talento está ahí, nadie lo discute y por eso, los grandes clubes no le pierden la pista. Manchester City, PSG, Manchester United y Bayern de Múnich ya han mostrado interés.
Todos lo ven como una apuesta segura a medio plazo. Pero también todos saben que ahora es más barato que nunca desde que viste de blanco. Y es ahí donde entra el dilema del Real Madrid: vender mientras aún tiene cartel o confiar en su resurgir.
¿Momento de vender?
El contexto es claro, Camavinga sigue teniendo un valor alto (70 millones), pero ya no es una cifra “intocable”. Si su rendimiento no mejora, puede seguir cayendo. Y en una plantilla con tanto talento joven y fichajes en el radar, cada euro cuenta.
Su actuación reciente contra el Atlético en la vuelta de Champions dejó una chispa de esperanza. Volvió a mostrar parte de ese fútbol dinámico y agresivo que enamoró al Bernabéu. Pero una chispa no enciende un fuego.