El vestuario del Real Madrid siempre ha sido un espacio de convivencia entre distintas nacionalidades, pero también un terreno abonado a clanes y liderazgos. Desde que Xabi Alonso aterrizó en el banquillo blanco, ha dejado claro que no permitirá que esas divisiones condicionen su proyecto. Sin embargo, sí ha tomado decisiones estratégicas que afectan al día a día del grupo.
El entrenador quiere devolver al equipo el espíritu competitivo que vivió en su etapa como jugador, cuando compartía vestuario con Casillas, Arbeloa o Ramos. En aquel entonces, el liderazgo de los futbolistas españoles marcaba la pauta y el equilibrio era mucho más sencillo de mantener. Ahora, con un vestuario más internacional que nunca, la tarea es más compleja.
El clan brasileño pierde influencia
La primera gran decisión de Xabi Alonso ha sido reducir la capacidad de influencia del grupo brasileño. Vinícius, Rodrygo, Militao y el joven Endrick forman un núcleo fuerte, al que se suele añadir Valverde por su cercanía personal. Sin embargo, el técnico ha decidido cortar de raíz cualquier conato de hegemonía en torno a ellos.
El vasco considera que, pese a su calidad, la tendencia de este clan a marcar sus propias normas internas no ayuda a la convivencia. Quiere un vestuario en el que todos remen en la misma dirección y no un espacio donde algunos jugadores acumulen más poder del necesario.
El apoyo al grupo francés y español
En paralelo, Xabi Alonso ha dado un paso adelante en favor del clan francés, que se ha convertido en uno de los más poderosos de los últimos años. Con figuras como Mbappé, Tchouaméni o Camavinga, además de Mendy y Courtois, el bloque cuenta con talento, disciplina y una influencia cada vez mayor.
El entrenador cree que apoyarse en ellos, junto a los españoles, es la clave para consolidar un proyecto sólido. Carvajal, como capitán, es la pieza central de ese liderazgo, al que se suman nombres como Asensio, Fran García, Brahim, Ceballos o los jóvenes Gonzalo, Carreras y Huijsen. Con esa combinación, Alonso busca recuperar la esencia de compromiso y jerarquía que en su día caracterizó al vestuario merengue.
Los neutrales, en terreno de nadie
Mientras tanto, un grupo importante de jugadores permanece al margen de estas dinámicas. Futbolistas como Bellingham, Alexander-Arnold, Arda Güler, Rüdiger, Alaba o Lunin prefieren no implicarse en la política interna del vestuario. Se limitan a competir y mantener buena relación con todos, sin entrar en juegos de poder.
Para Xabi Alonso, esta neutralidad también es valiosa, ya que evita tensiones innecesarias. No obstante, su prioridad está clara: potenciar la influencia de los españoles y franceses como ejes de mando del equipo.
Un mensaje claro al vestuario
Con esta toma de partido, el entrenador envía un mensaje rotundo: nadie tendrá más poder que el grupo. El Real Madrid debe recuperar la unión y la jerarquía que le llevaron a dominar Europa. Y para lograrlo, Alonso no duda en remover viejos equilibrios.