El Real Madrid arranca la temporada de LaLiga en medio de dudas, expectativas y cierta tensión en el ambiente. El 0-3 del Barça en Mallorca ha elevado el listón de exigencia y la afición blanca espera una respuesta inmediata. Sin embargo, los problemas se acumulan para Xabi Alonso justo antes de su estreno oficial en el banquillo.
El técnico donostiarra, que afronta su primera campaña como entrenador blanco , no tendrá todas las piezas disponibles para el debut frente a Osasuna. Es más, lo afronta con 5 bajas, casi medio equipo.
Una situación que obliga a improvisar y a confiar en que el fondo de armario responda desde el primer día.
Una preparación demasiado corta
El Real Madrid apenas ha tenido tiempo para preparar la temporada. Entre el Mundial de Clubes y el reducido margen de entrenamientos en Valdebebas, el equipo llega a la primera jornada con dudas razonables.
La afición blanca recuerda que la pasada campaña se comenzó con una racha irregular y temen que la historia pueda repetirse. A diferencia del Barça, que no sufrió en Mallorca, el Real Madrid transmite la sensación de estar todavía en construcción.
Cinco ausencias de peso
La principal dificultad para Alonso no está solo en la falta de rodaje, sino en las bajas confirmadas. Hasta cinco jugadores se perderán el debut liguero, lo que obliga al técnico a replantear su once inicial.
El entrenador deberá cubrir huecos importantes en defensa y ataque, con la presión añadida de no fallar en un Bernabéu que no perdona. Cada ausencia supone un quebradero de cabeza y reduce las opciones de sorprender con un equipo competitivo.
Xabi Alonso no podrá contar este martes (21:00) en el Bernabéu con Bellingham, Camavinga, Mendy y Endrick. Los cuatro están lesionados.
Y tampoco será de la partida Antonio Rüdiger, que arrastra todavía un partido de sanción de la pasada temporada.
El fantasma del 0-3 del Barça
El triunfo contundente del Barcelona en su visita a Mallorca ha marcado el discurso en Madrid. La comparación resulta inevitable: mientras el eterno rival gana con solvencia, los blancos llegan con dudas y limitaciones.
Los culés han empezado lanzando un mensaje de poderío. El Real Madrid, en cambio, está obligado a responder cuanto antes para no dar la sensación de debilidad en un campeonato donde los tropiezos iniciales pueden pesar mucho.
Alonso pide calma y confianza
En sus primeras declaraciones, Xabi Alonso ha querido rebajar la tensión y transmitir serenidad. El donostiarra sabe que la temporada es larga y que lo importante es encontrar el equilibrio con el paso de las jornadas.
“Estamos construyendo un equipo fuerte y competitivo, pero necesitamos tiempo y paciencia”, ha dicho en privado a su entorno. La idea es no dramatizar en caso de tropiezo inicial, aunque el entorno mediático madridista no suele dar tregua cuando llegan los resultados negativos.
Una prueba de fuego
El estreno del Real Madrid se convierte así en un examen prematuro para Xabi Alonso. Con bajas, con la preparación a medias y con la presión añadida del 0-3 culé, el técnico deberá demostrar que puede gestionar la adversidad.
El Bernabéu dictará sentencia, y la afición espera que el equipo muestre al menos carácter y personalidad. Perder terreno respecto al Barça desde la primera jornada sería un golpe difícil de asimilar.