En los últimos días, la calma aparente en el Real Madrid esconde una tensión creciente. Las sonrisas de presentación y las imágenes de pretemporada no logran tapar el malestar interno que se respira en los despachos del Bernabéu. Y el motivo tiene nombre propio: Vinícius Júnior.
El brasileño, que ha sido durante años una de las grandes apuestas de Florentino Pérez, ha vuelto a mover ficha. Y lo ha hecho en un momento especialmente delicado, justo después del fracaso blanco en el Mundial de Clubes. El timing no es casualidad.
La respuesta que Florentino no esperaba
Hace unos días, desde el entorno de Vinícius llegó el mensaje: hay una oferta sobre la mesa de 350 millones procedente del fútbol saudí. La cifra es mareante y ha sido filtrada con una intención muy clara: presionar al club.
Vinícius quiere saber si, en esta nueva era, sigue siendo intocable. Pero esta vez la respuesta de Florentino ha sido bien distinta.
Lejos de blindarlo públicamente como en ocasiones anteriores, el presidente ha optado por el silencio. Y eso, en el Real Madrid, lo dice todo.
Recuerda al pulso que generaron Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos. Ambos acabaron saliendo del club.
Florentino no lo va a frenar
La diferencia con otros veranos es abismal. Si en el pasado cualquier insinuación sobre la marcha de Vinícius era respondida con comunicados y desmentidos, ahora Florentino no moverá un dedo si el jugador decide irse.
No hay oferta oficial en el Bernabéu. Solo filtraciones del entorno del jugador, que quiere medir el grado de respaldo institucional que aún conserva.
Pero el presidente lo tiene claro: si Vinícius viene con 350 millones, puede marcharse. No será declarado intransferible esta vez.
Un pulso que viene de lejos
No es la primera vez que Vinícius y Florentino se enfrentan en una partida de ajedrez. Hace un año ya hubo roces por su renovación y por su peso en la plantilla. Luego llegaron los capítulos de racismo en LaLiga, el documental que sacó los colores a España y una creciente sensación de que el brasileño se siente más estrella que club.
Con la llegada de Mbappé, la jerarquía ha cambiado. Y Vinícius lo sabe. Por eso ha activado de nuevo el interés árabe, como un arma de presión.
Pero esta vez se ha topado con un Florentino más frío, más calculador y dispuesto a dejarlo ir… si el precio es el adecuado.
La pelota está en el tejado de Vinícius
Por ahora, todo son movimientos indirectos. No hay documentos sobre la mesa ni llamadas formales.
Pero el mensaje de fondo es claro: si Vinícius quiere irse, puede hacerlo. No habrá súplicas, ni blindajes.
Florentino está dispuesto a hacer caja. El tiempo de las intocables ha terminado.
Y de Vinícius, que acaba contrato en 2027, se teme que acabe cumpliéndolo, sin renovarlo. Para luego irse entonces sin dejar un euro en las arcas del club.