El Real Madrid vive un momento crucial. Mientras se pelean los últimos títulos, el club ya mira al futuro y al gran interrogante: el banquillo. ¿Seguirá Carlo Ancelotti? Esa es la pregunta que se repite en los pasillos del Bernabéu.
Desde la directiva no hay señales claras. Florentino Pérez mantiene el mismo discurso: todo dependerá del final de temporada.
Si el equipo gana la Copa del Rey o compite hasta el final en Liga, Ancelotti podría seguir. Si no, habrá cambio.
Carlo Ancelotti no se pronuncia aún
El técnico italiano, por su parte, ha sido elegante con sus palabras. No quiere distracciones y se centra en lo deportivo.
"He hablado con los jugadores y con el club. Estamos todos en la misma línea", dijo tras la eliminación europea. Añadió que no hay ningún enfrentamiento con la directiva y que recibe más apoyo ahora que cuando ganan.
Pero las sensaciones son otras, el ciclo podría estar agotándose. El desgaste, la presión y el contexto hacen pensar que esta podría ser la última temporada de Ancelotti en el Madrid. Algunos ya hablan de Brasil como próximo destino, otros mencionan un posible descanso.
Y si se va Carlo... también se va Davide
En medio de este escenario, hay otra pieza importante que también saldría: Davide Ancelotti. Su asistente, su mano derecha, su hijo. Aunque dentro del club había cierta esperanza de que pudiera continuar como nexo con el nuevo cuerpo técnico, él mismo ha cerrado la puerta.
Si Carlo Ancelotti no sigue, su hijo, Davide Ancelotti tampoco seguirá en el club, ni con Xabi Alonso. Es una decisión tomada, sin dobleces.
Aunque no se hable mucho de él en los titulares, Davide Ancelotti ha ganado peso estos años. Ha dirigido sesiones, ha dado ruedas de prensa, y ha asumido responsabilidades cuando su padre no pudo estar. Está preparado para el siguiente paso y quiere hacerlo por su cuenta.
Un técnico en formación con ambición de más
Davide Ancelotti no oculta sus ganas de liderar. Después del partido frente al Alavés, donde actuó como primer entrenador, lo dejó claro:
"Disfruté mucho. Al principio estaba nervioso, pero luego lo viví con intensidad. Mi padre me dio libertad total."
Ese gusto por la responsabilidad, esa seguridad en su trabajo, muestran que su salida no es una simple marcha familiar. Es parte de un crecimiento profesional. El primer banquillo como técnico principal está cada vez más cerca.
Su adiós del Real Madrid será silencioso, pero no menor. Se va con la cabeza alta, preparado para nuevos retos y con la experiencia que pocos jóvenes entrenadores pueden mostrar. ¿Volverá algún día como técnico principal al Bernabéu? Solo el tiempo lo dirá.