La llegada de Kylian Mbappé debía servir de guinda del pastel para el Real Madrid, campeón de LaLiga y de la Champions League. Pero lejos de potenciar al equipo, su entrada lo ha debilitado.
Y no es culpa suya. El sistema de juego no le beneficia, fundamentalmente porque el Real Madrid se cae en el centro del campo. Las líneas no están juntas y el equipo se rompe por ahí.
Bellingham no quiere hacer de Toni Kroos
A la hora de la verdad Ancelotti ha descubierto que lo que ha perdido con Toni Kroos pesa más que lo ganado con Mbappé.
Y se trata de buscar soluciones. Ancelotti ya la tiene después de varios inventos: Jude Bellingham, aunque al inglés no le seduce la idea de jugar tan alejado del área.
Donde Bellingham se encuentra más a gusto es moviéndose cerca del área contraria, como la temporada pasada, cuando ejercía de falso delantero centro.
La llegada de Mbappé le ha tapado esa salida y esta temporada Bellingham todavía no ha estrenado su cuenta goleadora después de 14 partidos. Nada que ver con la temporada pasada. A estas alturas ya llevaba 11 goles.
Ancelotti necesita un arquitecto, no un killer del área
Ancelotti deberá convencerle para que llene el hueco que dejó Toni Kroos retrasando su posición y ejerciendo más de arquitecto que de killer del área.
El Real Madrid necesita la figura de un centrocampista con criterio que sepa defender y a la vez buscar a los delanteros con pases largos. Y en el actual Madrid ese futbolista es Bellingham. Otra cosa es que él acepte jugar en esa posición.
En el clásico se vio a Bellingham más pendiente de cubrir las lagunas defensivas de Lucas Vázquez en la banda derecha que de generar peligro en el área del Barça. Estuvo más ocupado en tapar las subidas de Balde que en asustar a Iñaki Peña.
Bellingham acabó el clásico mosqueado
Y Bellingham necesita libertad de movimientos para jugar por todo el campo. Justo el rol que desempañaba Toni Kroos. Bellingham hace más falta ahí que marcando goles en un equipo que va sobrado de pólvora.
Bellingham acabó el partido mosqueado y descontento de su rendimiento. Considera que era Balde quien debía estar preocupado por él y no él por el lateral azulgrana.
Ahí tiene un problema Ancelotti, que deberá resolver con su habitual mano izquierda. Le guste o no, Bellingham tiene que jugar atrás haciendo olvidar a Toni Kroos.