Kylian Mbappé no entrará con buen pie en el Real Madrid. No se encontrará al madridismo rendido a sus encantos. Se lo tendrá que ganar con sus actuaciones sobre el terreno de juego.
Si tres rechazos a la oferta del Real Madrid no eran suficientes para que los aficionados blancos le reciban con reparos, la cara que puso ayer cuando le preguntaron si apoyaría al Real Madrid en la otra semifinal ha acabado por encender al madridismo.
El PSG venía de ser eliminado por el Borussia Dortmund en semifinales y, lógicamente, Mbappé no estaba de humor. Pero Mbappé no es precisamente tonto y sabe que su futuro está en el Real Madrid.
La sonrisita de los insultos al Real Madrid
No le costaba nada decir que sí quería que ganara el Real Madrid, o mantenerse al margen diciendo que él era jugador del PSG en ese momento. Pero la cara que puso fue de "me importa un pimiento lo que pase en la otra semifinal". Esa sería la traducción más aproximada de su gesto de respuesta.
Una cara que no ha gustado nada al madridismo, como tampoco gustó la que puso mientras escuchaba los cánticos de la grada del Parque de los Príncipes después de su último desplante al Real Madrid: "¡P... Real Madrid!". Aquella sonrisita sobraba.
Mbappé se despedía ayer del PSG: "la temporada no está mal teniendo en cuenta que han llegado muchos jugadores nuevos y jóvenes", aunque no parecía que empezara ahí su etapa como jugador del Real Madrid.
Su último partido con el PSG
Cuando le preguntaron por si era su último partido con el PSG, respondió con un “esta temporada, seguro”.
Mbappé tocó en su último partido europeo con el PSG 51 balones, con 22 pases buenos y un 79 por ciento de acierto en las entregas. Sumó también 18 pérdidas. Absolutamente ineficaz ante el marco contrario, volvió a estrellarse una vez más en su intento de ganar la Champions League con el PSG.
Mbappé descubrió ayer que necesita vestirse con la camiseta blanca del Real Madrid para cumplir sus sueños... aunque ponga esa cara.