La temporada se ha complicado más de lo esperado para el Real Madrid. El equipo de Ancelotti quedó fuera de la Champions y perdió la final de Copa ante su eterno rival, el Barça. Dos golpes duros, muy duros.
Ahora, el único título al que puede aspirar el conjunto blanco es LaLiga, no dependen de sí mismos, pero tampoco está todo perdido. Deben ganar cada uno de los partidos que les quedan y esperar un fallo del Barça. La misión es difícil, pero en este club nadie se rinde.
Ancelotti ha dejado claro que el equipo seguirá luchando hasta el final. Aunque el margen es mínimo, en el Real Madrid saben que cualquier oportunidad, por pequeña que sea, puede ser suficiente.
Un calendario traicionero
El Barça está en un gran momento. Ya tiene la Copa del Rey en su vitrina y va con paso firme en la Champions League. Si logra mantenerse firme, puede cerrar la temporada con un triplete histórico.
Pero el calendario no perdona. Los partidos se acumulan, la presión crece y la exigencia de competir al máximo en varias competiciones puede empezar a pasar factura. Es justo ahí donde el Real Madrid ve una pequeña luz.
Mientras los culés se dividen entre Europa y Liga, el conjunto blanco se centra únicamente en una cosa: ganar LaLiga. Cada jornada se convierte en una final. Cada punto, en un tesoro.
Pedrerol lanza su predicción
Josep Pedrerol, el presentador de El Chiringuito de Jugones, ha encendido el debate con una afirmación que no ha dejado indiferente a nadie.
“Si el Barça tropieza, el Madrid es campeón de Liga incluso sin ganar en Montjuïc.”
Una frase arriesgada, incluso provocadora. Muchos la han recibido con escepticismo. Otros la ven como una dosis de motivación para los madridistas.
Lo cierto es que el Barça no tiene margen de relajación. Sabe que cualquier fallo puede costarle caro. Y aunque parezca poco probable, en este tramo de la temporada, las sorpresas nunca faltan.
¿Un plan secreto o solo fe?
¿Hay realmente un plan oculto en el Real Madrid o simplemente es la esperanza de un club que nunca se rinde? Puede que sea una mezcla de ambos.
El vestuario blanco sabe que no está en su mejor versión, pero también que ha superado situaciones peores. Y si el Barça se desconcentra, aunque sea por un solo partido, podría abrirse una oportunidad.
Pedrerol ha puesto voz a esa sensación que muchos madridistas no se atreven a decir en voz alta. Una posibilidad remota, sí, pero posible. En el fútbol, todo puede cambiar en 90 minutos.