Los futbolistas y el cuerpo técnico del Real Madrid siguieron con interés el estreno del FC Barcelona en LaLiga.
El juego del equipo de Hansi Flick no suscitó ningún comentario elogioso. Un Barça plano, previsible, sin chispa. Muy parecido al de Xavi que el pasado año no ganó nada y quedó a diez puntos del Real Madrid.
El Barça solo podía ganar de penalti
Lo más reseñable del partido fue el árbitro, Sánchez Martínez, que no dejó a los madridistas indiferentes. El Barça superó la prueba de penalti, un penalti más que discutible en el que Raphinha puso mucho teatro de su parte exagerando el contacto en su caída.
Y además hubo otra jugada clave que debió dejar al Barça con un hombre menos en el minuto 58. Toda una hora por delante con diez que el Valencia pudo haber aprovechado cambiando el signo del partido.
Los futbolistas blancos no se explican cómo Sánchez Martínez pudo pasar por alto la tarjeta amarilla a Cubarsí agarrando del brazo a Hugo Duro para impedir la construcción de un contragolpe.
El árbitro perdona una expulsión clara a Cubarsí en el minuto 58
El reglamento es claro. Sánchez Martínez estaba muy cerca de la jugada y los hombres de Baraja y el público de Mestalla se lo hicieron ver.
Pero el árbitro optó por perdonarle el castigo al central del Barça, por lo que el resto del juego estuvo falseado por una decisión arbitral que no se ajustó al reglamento.
Cubarsí ya tenía una tarjeta amarilla y, fruto de su inexperiencia, se equivocó agarrando del brazo a Hugo Duro. Pero lo hizo y debió ser expulsado.
Mbappé no se lo creía
Primera jornada y primeras decisiones extrañas y sorprendentes a favor del FC Barcelona. No se han apagado todavía los ecos del caso Negreira y la casualidad ha querido que el Barça se vea favorecido por los errores arbitrales.
El propio Mbappé, nuevo en estas lides, fue el más sorprendido de todos.
Los veteranos ya están curados de espantos, pero el francés no entendió el criterio que siguió el árbitro para que el Barça saliera victorioso de Mestalla.