El Santiago Bernabéu vivió una noche difícil de olvidar el pasado 24 de mayo. El Real Madrid fue eliminado de la Champions League tras una dura derrota por 4-0 frente al Paris Saint-Germain. Pero el resultado pasó a un segundo plano, ese día, Luka Modrić y Lucas Vázquez dijeron adiós al club que marcó sus vidas.
La derrota fue dura, pero la emoción superó al marcador. La grada, de pie, rindió homenaje a dos jugadores que lo dieron todo durante más de una década. Llantos, aplausos y abrazos marcaron el final de una era.
Luka Modrić: el genio que hizo arte en el medio campo
Modrić llegó en 2012 y, desde entonces, se convirtió en sinónimo de clase. Con su visión de juego y precisión quirúrgica, fue el director de orquesta de uno de los mejores equipos de la historia. Ganó cinco Champions, tres Ligas y fue Balón de Oro en 2018.
Su estilo dejó huella: talento y esfuerzo en equilibrio, discreto, brillante, se va con el respeto del fútbol y el corazón del madridismo. El croata no solo jugó, enseñó. A los jóvenes, a los compañeros, al mundo, su legado es incuestionable.
Lucas Vázquez: el soldado del escudo
Lucas representa otra cara del fútbol. No fue estrella, pero sí imprescindible. Formado en la cantera del club, subió al primer equipo y nunca se fue, fue extremo, lateral, revulsivo, titular o suplente, lo que hiciera falta.
Cada minuto que jugó, lo hizo con el alma. Su esfuerzo, su compromiso y su fidelidad lo convirtieron en un jugador muy querido por la afición. Ganó todos los títulos posibles y nunca se quejó, simplemente cumplió, siempre.
No se va como un ídolo mediático, pero sí como un ejemplo de madridismo puro. De esos que hacen equipo. De los que suman incluso en silencio.
Florentino da el paso: fin de ciclo y renovación
La dura derrota ante el PSG fue el golpe final. Según fuentes cercanas al club, Florentino Pérez ha tomado una decisión firme: es momento de renovación. El presidente considera que se ha cerrado un ciclo glorioso y que toca mirar al futuro.
No será fácil reemplazar a jugadores como Modrić o Lucas. Pero el club ya trabaja en ello. Jóvenes promesas, nuevos líderes, cambios profundos, el Real Madrid busca reinventarse, como tantas veces hizo en su historia.
El mensaje es claro: respeto por el pasado, pero paso firme hacia lo que viene. Modrić y Lucas dejan un vacío, sí. Pero también dejan una base de valores que servirán como guía para la nueva generación.